AP.-Un hombre que blandía un cuchillo cometió el miércoles una serie de ataques letales en el corazón de la sede del poder británico, al embestir con su vehículo a peatones sobre el puente Westminster y luego apuñalar de muerte a un policía dentro de los terrenos del Parlamento.
Cinco personas murieron, incluido el atacante, y otras 40 resultaron heridas en lo que la primera ministra Theresa May calificó como un “ataque terrorista enfermizo y depravado”.
Legisladores, lores, personal y visitantes fueron encerrados dentro del Parlamento después que el atacante fue baleado de muerte por la policía en el perímetro, a unos cuantos metros de las entradas al edificio mismo y bajo la sombra de la icónica torre del Big Ben. Murió, al igual que tres peatones en el puente y el agente de policía.
Un médico que atendió a los lesionados dijo que algunos de ellos sufrieron heridas “catastróficas”. Tres policías, varios adolescentes franceses en un viaje escolar y dos turistas rumanos estaban entre los heridos.
La policía dijo que investiga los ataques como un atentado terrorista. De momento nadie se ha atribuido el ataque.
El jefe de la unidad antiterrorista de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, indicó que la policía cree que se trató de un atacante solitario, “pero sería tonto confiar excesivamente en eso en esta etapa tan prematura” de la investigación. Añadió que un policía no armado, tres civiles y el agresor murieron. Otras 40 personas, entre ellas tres agentes, resultaron heridas.
Se sospecha que extremistas islámicos están detrás del ataque, explicó Rowley, que subrayó que las autoridades creen conocer la identidad del hombre pero no la revelarán mientras la investigación siga en curso.
El nivel de amenaza de terrorismo internacional en Gran Bretaña ya era alto, lo que significa que un ataque era “altamente probable”.
En declaraciones frente al número 10 de Downing St. tras presidir una reunión del comité de emergencia del gobierno, conocido como COBRA, May dijo que ese nivel no cambiaría, y aseguró que los intentos de derrotar los valores británicos de democracia y libertad a través del terrorismo fracasarían.
“Mañana por la mañana, el Parlamento se reunirá como de costumbre”, agregó. Los londinenses y los visitantes “seguirán todos adelante juntos, sin ceder nunca ante el terrorismo y sin permitir nunca que las voces de odio y maldad nos dividan”.
El presidente estadounidense Donald Trump fue uno de los líderes mundiales que ofrecieron condolencias, y en París, las luces de la Torre Eiffel serían atenuadas en una muestra de solidaridad con Londres.
La capital inglesa ha sido blanco de ataques terroristas muchas veces en las últimas décadas. Apenas el pasado fin de semana, cientos de policías armados participaron en un ejercicio de simulación de un ataque terrorista “merodeador” en el río Támesis.
El miércoles se cumplió el primer aniversario de los atentados suicidas en el metro y el aeropuerto de Bruselas, en los que murieron 32 personas. Y el incidente en Londres fue similar a los recientes ataques con vehículos ocurridos en Berlín y Niza.
En la Cámara de los Comunes, los legisladores realizaban una serie de votaciones sobre las pensiones cuando la vicepresidenta Linday Hoyle anunció la suspensión de la sesión y pidió a los legisladores que permanecieran en las instalaciones.
El Parlamento fue cerrado por varias horas, al igual que la estación Westminster del metro, adjunta al edificio.
El legislador conservador Tobias Ellwood, cuyo hermano murió en un ataque terrorista ocurrido en Bali en 2002, brindó primeros auxilios al agente apuñalado, quien posteriormente murió. El atacante, quien fue baleado por la policía tras escalar un cerco de seguridad hacia los terrenos del Parlamento, se encontraba a unos 9 metros (10 yardas) de Ellwood.
El atacante logró traspasar las puertas de hierro e ingresar al Jardín New Palace del Parlamento, un patio adoquinado a la sombra del Big Ben.