Leticia Arana
Porque aún existe un concepto erróneo o inadecuado sobre la violencia obstétrica no solo en instituciones de salud, sino en el ámbito urbano y social , es necesario que el término sea abordado con claridad, a fin de que también mediante foros abiertos y participativos, se logre establecer una definición que lleve a criminalizarla cuando realmente esté justificada, se compruebe el daño y amerite sanción, sostiene la diputada presidenta de la Comisión de Salud en el Congreso, María del Consuelo Robles Sierra, quien pone como ejemplo, que incluso la misma mención “gorda, gordita”a una embarazada, suele resultar para muchas, violencia obstétrica:
“…Esto no quiere decir que se dictamine de manera favorable el término de violencia obstétrica, significa que quiero recoger todas las opiniones en los diferentes ámbitos, para que podamos en un momento determinado, dictaminar conforme a todas las opiniones vertidas, en todos los sectores, la Federación de Ginecobstetras, las Asociaciones, Derechos Humanos, el Poder Legislativos y hasta los directores de los diferentes servicios médicos, igual con las universidades..”
Indica que el propósito es llegar a un consenso, donde el único fin sea brindar una mejor atención ginecobstétrica a las mujeres en el embarazo, el parto y el puerperio.
Indica que el decir violencia obstétrica, de entrada es fuerte, de ahí la pertinencia de ubicar su definición para que queden muy bien establecidas las reglas o protocolos, en caso de ser sometida a escrutinio y sanción judicial, ya que se trata de lograr una mejor atención y calidez durante la etapa gestante de cualquier mujer; no pervertir sin fundamento, el mismo término, finalizó.