Gabriela Velasco
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Puerto Vallarta, Jalisco
El Jefe de Reglamentos en Puerto Vallarta, Alejandro Peña Vargas reconoció que el principal problema en la zona centro es el ruido, por lo que se han visto en la necesidad de clausurar al menos seis establecimientos por no acatar las recomendaciones de bajar el nivel de la música aún cuando se les han levantado diversas infracciones.
El funcionario también agregó que nadie en la ciudad cumple con los 50 decibeles permitidos en el reglamento municipal, por lo que sus inspectores dan tolerancia y usan el sentido social para que no se vean afectados los vecinos de bares y discotecas.
La inspección de los establecimientos de giros restringidos en la ciudad, se vuelve compleja debido a las carencias que se tienen en esta dependencia, informó Peña Vargas ya que “los recursos materiales y humanos no son los óptimos, te puedo decir que hay días en la noche que tengo un solo vehículo y catorce inspectores para cubrir alrededor de cuarenta lugares, tan solo en Puerto Vallarta hay veinte discotecas y los depósitos superan los trescientos cincuenta”.
En el caso del Bar Océano, donde se tienen discrepancias entre los vecinos y el dueño, se podría llegar a una revocación de licencia a petición de los vecinos si se inicia el proceso y se comprueba que efectivamente el bar infringe la normatividad, aunque el dueño del establecimiento ya mando a la oficina de reglamentos una carta para quejarse por el hostigamiento que supuestamente recibe de los habitantes del condominio en la parte superior de su negocio. Este problema se extiende también a las casas particulares donde la dependencia reguladora municipal no tiene jurisdicción, lo único que pueden hacer es emitir recomendaciones a los vecinos para que bajen el volumen de sus aparatos de sonido pero muchos de ellos hacen caso omiso de las llamadas de atención, debido a que no se les expide una multa, finalizó Alejandro Peña.