AP.-Las campañas políticas por televisión en Estados Unidos son una jungla: pericos, pollos, perros y cerdos salen en los anuncios mordiendo y picando a sus supuestos rivales políticos como nunca imaginaron.
“Puedes quedártela”, repite un perico en un anuncio del Club for Growth Action que salió a comienzos de este año en Arkansas. El mensaje trataba de ridiculizar al presidente Barack Obama y al ahora abandonado senador Mark Pryor por las aseveraciones de que las personas podían quedarse con su seguro médico si querían.
En Georgia, el legislador demócrata John Barrow suelta un perro golden retriever en el primer anuncio de su campaña para buscar un nuevo periodo. “Alguien dijo alguna vez que si quieres un amigo en Washington, te consigas un perro”, dice en el anuncio.
Luego de destacar sus logros y criticar a otros legisladores, Barrow dice “ella trabaja más que la mayoría de ellos”, al comparar a la mascota con los hombres y mujeres que el legislador ha conocido en el Congreso durante una década.
Ya sean candidatos promocionándose o productos comerciales, el objetivo es ganar tanto público como sea posible. Y algo que gana muchas miradas es apreciado.
“Los animales pueden ser una forma genial de hacer que el televidente deje de brincarse los anuncios o que espere a ir al refrigerador durante la pausa comercial”, dice Ali Lapp, director ejecutivo de House Majority PAC, un grupo que respalda a los demócratas en campaña a la Cámara de Representantes.
Sin embargo, los animales no son nuevos en la política.
Hace tres décadas, al buscar reelegirse a la presidencia Ronald Reagan transmitió un comercial con un oso, en un símbolo reconocible como la Unión Soviética.
“Hay un oso en el bosque. Algunos lo ven fácilmente, otros no”, decía el comercial, el cual era una fuerte insinuación de que Walter Mondale, el rival de Reagan, era uno de los que no veía los peligros de una súper potencia rival.
La republicana Joni Ernst ganó la nominación al Senado en Iowa luego de transmitir un comercial donde decía que creció en una granja y que sabía castrar cerdos. “Por eso cuando llegué a Washington, sabía cómo cortar cerdo”, dice en el anuncio mientras se escuchan puercos chillando de fondo. “Hagámoslos chillar”, decía Ernst sobre los despilfarradores en el gobierno.
Su rival demócrata Bruce Braley sacó un comercial donde mostraba que los pollitos no eran nada comparados con los cerdos. “Cuando Joni Ernst pudo hacer algo en Iowa, no dijo ni pío”, dice el anuncio.