AP.- Si las protestas contra el Mundial habían sembrado dudas sobre el entusiasmo de numerosos brasileños con su Copa, todas quedaron resueltas rápido.
Miles de personas provocaron un colapso en las calles de Río de Janeiro y otras ciudades del país el jueves para seguir el debut de la selección brasileña contra Croacia en Sao Paulo. Un festival de música, celebración y color verde y amarillo se tornó especialmente entusiasta en la playa de Copacabana.
“Es espectacular y sí esperaba este ambiente a pesar de las protestas”, dijo Natalia Osandón, una chilena que vive en Río de Janeiro. “Lo que pasa es que al final para el brasileño su religión es el fútbol”.
“Nunca me preguntaron en quién creo o por mi religión, sino qué equipo tengo”, añadió.
La policía impidió el acceso a la playa de Copacabana de menos de 100 personas que protestaban contra los gastos del Mundial. Las manifestantes lanzaban papeles y gritaban algunas consignas. Pero no se registraron incidentes y la protesta transcurrió de forma pacífica.
Un gentío de aficionados, brasileños fundamentalmente, pero también chilenos, mexicanos, argentinos y colombianos hacía fila para entrar al Fan Fest de Copacabana para seguir el partido en una enorme pantalla gigante. Era un ambiente colorido y ruidoso, en el que hacían sonar trompetas y silbatos.
Incluso los silbatos de los agentes de policía que trataban de regular un tráfico imposible sonaban al ritmo que marcaban los hinchas jubilosos.
“Vivirlo acá es otra cosa”, admitió David García, un colombiano de 28 años. “Los colombianos estamos sedientos de fútbol”.
Se notaban las ganas de Mundial en América Latina, que no albergaba el torneo desde México 1986. Brasil no era anfitrión desde 1950 y la última Copa en Sudamérica se remontaba a Argentina 1978. Este ambiente, con miles de personas en la calle, no se vivió en la anterior cita en Sudáfrica.
“A toda madre”, dijo Daniel Arellano, un mexicano de 36 años. “El ambiente es impresionante, la gente es feliz. Nosotros esperamos pasar de ronda”.