Un millar de mujeres argentinas y venezolanas se querellarán en Francia por homicidio y lesiones involuntarias contra la empresa francesa PIP, que produjo prótesis mamarias defectuosas, informó este martes a la AFP el abogado de las demandantes, Ari Alimi.
El letrado precisó que representa a un grupo de 500 mujeres argentinas y una asociación venezolana que cuenta el mismo número de mujeres, y añadió que otras víctimas latinoamericanas, principalmente en Brasil y Colombia, podrían sumarse a la demanda que será presentada en la ciudad de Marsella, donde PIP tenía su sede.
Las denuncias sudamericanas se sumarán a las cerca de 2.500 que ya recibió la semana pasada la justicia francesa. Según el abogado, “el 80% de las prótesis PIP fueron implantadas en América Latina”, subrayando que sólo en Argentina la cifra se elevaría a 15.000 mujeres.
Las demandantes latinoamericanas contemplan además la posibilidad de pedir explicaciones a la Agencia francesa de Productos de la Salud (Afssaps) y al laboratorio alemán TÜV Rheinland, organismo de certificación, advirtió Alimi, que dará una rueda de prensa el miércoles en su bufete de abogados en París.
El escándalo de los implantes PIP partió de Francia y tomó una dimensión internacional, ya que entre 400.000 y 500.000 mujeres en todo el mundo portarían estos implantes. La empresa Poly Implant Prothèse (PIP) quebró en 2010 ante reiteradas denuncias de rupturas de sus prótesis.
En Venezuela, casi 500 mujeres con implantes introdujeron el pasado viernes un recurso de amparo contra los comercializadores del producto en el país para que asuman los gastos de cambiar esas prótesis sospechosas de provocar cáncer, según informó el abogado de la causa. El abogado también informó que “en Venezuela hay casos de cáncer de personas que tienen prótesis PIP”, incluso entre sus “clientes”, aunque aún no ha hecho “una estadística” sobre cuántos son.
En Venezuela, donde cada año se realizan unas 40.000 mamoplastias de aumento de busto, el gobierno anunció que retirará los implantes sin costo a las mujeres que lo soliciten, pero aclaró que “las prótesis no serán reemplazadas”.
En diciembre, cuando estalló el escándalo, las autoridades sanitarias de Argentina exhortaron a las mujeres que tienen prótesis mamarias de la marca francesa PIP a consultar al médico y mantener los controles sobre la situación del implante. Las PIP fueron prohibidas en Argentina en abril de 2010, días después de que el gobierno francés tomara una decisión semejante.
En Francia, donde estalló el escándalo el mes pasado, se registraron 20 casos de cáncer entre portadoras de implantes PIP, sin que de momento se haya confirmado una relación causa-efecto. Las autoridades recomendaron a las 30.000 mujeres concernidas que se los hagan retirar.
PIP producía 100.000 implantes al año y exportaba casi el 84% de su producción, sobre todo a Sudamérica, España y Gran Bretaña. Entre 400.000 y 500.000 mujeres de todo el mundo llevarían esos implantes. Jean-Claude Mas, fundador de la empresa PIP, asumió ante los investigadores que utilizó un gel de silicona no homologado, derivado de una fórmula propia y disimulado ante el organismo certificador.
“Sabía que ese gel no estaba homologado, pero lo hice adrede porque el gel PIP era más barato (…) y de una calidad mucho mejor”, dijo Mas en octubre a los gendarmes que investigaban el caso, según la retranscripción del interrogatorio efectuado durante su detención y consultado por la AFP.
Mas precisó que “a partir de 1993”, es decir dos años después de la creación de la empresa PIP, dio “la orden de disimular la verdad” ante el organismo certificador alemán TÜV, años antes de la salida al mercado de los implantes ahora incriminados.
AFP