EFE.-El tren de carga conocido como “La Bestia”, en el que viajan cientos de indocumentados desde el sur hasta el norte de México, registró al menos 15 accidentes en un año, en los que 23 migrantes perdieron la vida, según datos del Instituto Nacional de Migración (INM).
El Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) indicó hoy en una nota que los datos preliminares fueron proporcionados por las delegaciones del INM y corresponden al periodo que va del 23 de septiembre de 2012 a la misma fecha de 2013.
El IFAI consideró insuficiente la respuesta del INM a la información solicitada por un particular sobre el número total de accidentes y fallecidos en “La Bestia”, dado que el organismo no turnó la petición a varias de sus unidades administrativas.
Además, “limitó la búsqueda de información a aquellos accidentes en los que fallecieron migrantes, cuando existe la posibilidad de que haya habido otros incidentes”, apuntó.
Al analizar un recurso de revisión presentado por el particular, el IFAI ordenó al INM “hacer una búsqueda exhaustiva de la información” en todas sus unidades y entregarla al solicitante.
De acuerdo con la información entregada por las delegaciones del INM, los estados que reportaron más accidentes fueron Chiapas (sur de México), con siete, seguido de Veracruz (oriente), con cinco.
El mayor número de víctimas fatales se registró en el suroriental estado de Tabasco, con once fallecidos en un accidente; seguido por Veracruz, con siete, y Chiapas, con tres.
Las delegaciones migratorias de los estados de Coahuila (norte) y Guanajuato (centro) reportaron cada una la muerte de un migrante.
El INM precisó que dicha información “es capturada cuando las delegaciones participan como apoyo en los accidentes, por razones humanitarias”.
“La Bestia” es el nombre que los indocumentados le han puesto a los trenes que transportan mercancías en México por los peligros que encuentran tanto al subirse como abordo de ellos.
Los indocumentados que intentan llegar a la frontera con EE.UU. para cruzar al otro lado se montan al tren en marcha y viajan todo el recorrido sobre el techo de los vagones, donde sufren las extorsiones de grupos del crimen organizado y hasta de algunas autoridades corruptas.