Once personas murieron hoy en Nueva Zelanda después de que el globo aerostático en el que viajaban se estrellara en la localidad de Carterton tras incendiarse al chocar con una línea de alta tensión.
Ninguna de las personas a bordo, el piloto y diez pasajeros, sobrevivió al siniestro que ocurrió cerca de las 07.30 hora local (18.30 GMT del viernes) en esta población, situada a unos 80 kilómetros de Wellington, muy popular entre los aficionados a los globos aerostáticos.
Varios testigos explicaron a la cadena TVONE de la televisión neozelandesa que el globo se desplazaba lentamente a unos 150 metros de altura cuando, de repente, se incendió con llamas de unos 10 metros.
“Cayó como un cohete”, dijo uno de los testigos, David McKinlay.
Unos 3.800 vecinos de la zona se quedaron sin suministro eléctrico tras el accidente que ocurrió a pesar de las buenas condiciones meteorológicas y de que no había mucho viento.
Un vecino, Bevan Lambeth, vio mientras conducía como un cable de alta tensión quedó enganchado en la cesta del globo que estaba en llamas.
Lambeth dijo que cuando el cable se soltó la cesta del globo se desplomó y que este se encontraba a demasiada altura para que los pasajeros intentaran salvarse saltando.
Dos de las víctimas saltaron de la cesta en llamas antes de que el globo se precipitara contra el suelo, señaló el inspector de la zona de Wairarapa, Brent Register.
Entre los testigos había dos enfermeras que fueron de las primeras en acudir al lugar del accidente.
“A un lado había los restos del globo, la cesta (…) y a lo largo de la carretera se encontraban los familiares que habían venido a ver a sus seres queridos cómo pasaban un día divertido subiendo y bajando con el globo”, dijo una de las enfermeras, Annette Tempest, que calificó la escena de “horrorosa”.
Los nombres y nacionalidades de los fallecidos aun no han trascendido aunque el alcalde de Carterton, Ron Mark, indicó que se trataba de turistas y vecinos de la región.
Las autoridades neozelandesas han abierto una investigación para esclarecer las causas del peor accidente aéreo que ocurre en Nueva Zelanda desde 1979.