El retrato sin concesiones que Amat Escalante hace de la violencia y de la realidad mexicana le valió hoy a su realizador el premio al mejor director de la 66 edición del Festival de Cannes, donde el filme había sorprendido por su dureza.
Su tercer largometraje, el primero en competición, acerca su mirada a la espiral de violencia en la que acaba una familia que entra por error en el radar de una banda de narcotraficantes, y tiene el sexo, la muerte y la brutalidad como ejes de la acción.
Nacido en Barcelona (España) por casualidad -una semana antes, sus padres estaban en Noruega-, Escalante es un mexicano criado en Guanajuato, que había exhibido sus dos largos precedentes, “Sangre” y “Los Bastardos”, en la sección “Una cierta mirada” de Cannes.
Y con esta película lleva de nuevo a México el premio a la mejor dirección, después de que el año pasado recayera el honor en Carlos Reygadas por “Post Tenebras Lux”, cinta sobre la familia, los amigos, la vida y la muerte, que dividió a jurado y audiencia.
“Espero que siga pasando cada año con una película mexicana”, dijo sobre ese encadenamiento en Cannes de premios procedentes de su país. “No lo puedo saber, pero para mí es un gran honor haber estado en competición por primera vez con este jurado y esas películas”.
Su paseo por la última alfombra roja del Festival ya había hecho prever hoy que podía haber sorpresas, y los pronósticos confirmaron una distinción de la que Escalante dijo haberse enterado pocas horas antes, como “una increíble sorpresa”.
En la conferencia de prensa posterior a la gala, dejó claro que su filme representa solamente su percepción sobre lo que sucede en México, y que no es “necesariamente un retrato de todo el país”.
“Pero es algo que está pasando y que me afecta, y lo quería transmitir a través de las imágenes y la historia. Es un sentimiento que tenía. No soy un político ni represento a México, soy un ciudadano que hace películas y que por casualidad está aquí”, dijo el realizador en inglés.
En su proyección a lo largo del certamen no habían faltado opiniones que calificaban de gratuitas las escenas que muestran el brutal castigo soportado por sus protagonistas, y que no se ven suavizadas por la belleza formal del filme.
“Sabía que iba a haber reacciones encontradas y fuertes, pero mi teoría es darle a la violencia el peso que, incluso moralmente, debe tener. La violencia es muy triste y así la quería mostrar”, había dicho a Efe en una entrevista concedida tras el pase.
Escalante admitió hoy que el resultado ha acabado resultando “más duro de lo que pensaba para la audiencia”, pero se mostró contento de la incomodidad provocada, porque con ese mismo dolor había percibido la realidad mientras estaba filmando.
Desde que puso la primera palabra del guión hasta que dio por terminado el proceso han pasado cinco años “y muchos borradores”, y espera que este reconocimiento le haga “más fácil hacer otras películas y ayude a otros, al menos como inspiración, que también es importante”.
El filme todavía no está en los cines en México, pero Escalante no tiene dudas sobre cómo va a ser recibido: “Creo que a la gente le va a encantar, es una gran película”, dijo entre las risas de la prensa internacional.
Escalante se enfrentaba a grandes nombres de la industria, como Steven Soderbergh (“Behind the candelabra”), Abdellatif Kechiche (“La vie d’Adèle”), Alexander Payne (“Nebraska”) o los hermanos Ethan y Joel Cohen (“Inside Llewyin Davis”), y reconoce que se le pasó por la cabeza que el jurado se había vuelto “loco”.
Su presidente, el estadounidense Steven Spielberg, había apuntado hoy que todos los filmes en competición eran muy “emocionantes”, y otro de sus integrantes, el director Cristian Mungiu, también había justificado su decisión.
“Intentamos dar premios al cine, no a ningún tipo de manifiesto político”, concluyó hoy el cineasta rumano, para quien el jurado vio todas las cintas presentadas más como cinéfilos que como profesionales, y no ha acabado en esta edición “con la sensación de haber pasado algo esencial por alto”.
El mexicano Amat Escalante, premio al Mejor Director por “Heli”, junto al actor Forest Whitaker (d) en la ceremonia de clausura de la 66 ª edición del Festival de Cine de Cannes en Cannes, Francia.
EFE