Opinión por Edel García
Nicolás Maquiavelo dijo en su libro: “Todos los estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento.” El arte de la política va más allá de las ambiciones personales de una determinada persona y hay situaciones que es mejor no generar.
Al parecer el Gobierno Municipal junto con algunos ediles, funcionarios y el Alcalde Ramón Guerrero se ha fracturado claramente ante los ojos del pueblo quien presencia todos los eventos. Las razones han quedado expuestas y se ha violado lo que el afamado político y escritor italiano aconsejaba que no sucediera para garantizar la estabilidad.
A menos de un año de gobierno el Munícipe de Puerto Vallarta entabla una pesada imagen de dictador, injusto y líder que vela por sus propios fueros egoístas. Su enfrentamiento con el Director Jurídico Salvador López Aréchiga, el Síndico Roberto Ascencio Castillo y la supuesta persecución a los ediles y abogados que se han puesto a favor del Síndico, ha sido el colmo.
Si fuera por razones sin importancia las personas no le hicieran la menor preocupación pero aparejado a las acusaciones va el supuesto de que los funcionarios se negaron a firmar y apañar negocios turbios que afectaban al Municipio. El alcalde habría desviado su política inicial para desarrollar una campaña de desprestigio que nadie creería actualmente.
Para terminar peor ha habido señalamientos sobre el hecho de que agentes de la policía cuidan de cerca a Susana Carreño, Roberto Ascencio, Otoniel y a Salvador Castillo. La tapa al pomo fue la “intrigante” golpiza que le propinaron unos policías al regidor Humberto Gómez Arevalo.
Lo cierto es que le quedan muy pocos fieles al Mochilas, el poder sin unidad y apoyo de su bancada de partido hará que le sea casi imposible proceder con alguna cuestión que pretenda. Llegar al poder con demasiadas ambiciones y promesas de camino fracturando y despidiendo personas por no cumplir con él solo granjea la ingobernabilidad.
Hay temas en la política que deben respetarse a toda costa y una es la confianza adquirida. Cuando ya no hay confianza en la capacidad de justeza y equidad de un líder público por sus subordinados jamás podrás llegar lejos. El discurso y las acusaciones de violación esgrimidas contra el Director Jurídico no se sustentan.
¿Quién es el culpable? Pues el amor al dinero y escalar posiciones, las promesas impagables y solo costeables bajo el acuerdo con los funcionarios que no han querido ceder. ¿Es loable su posición? La misión de un funcionario es velar por los intereses del pueblo que te votó.