Cuidamos con Amor a los Niños de Bahía

Iniciamos la casa hogar desde el 2002, ayudando a niños de Bahía de Banderas que tenían una situación familiar con violencia y maltrato, así como problemas escolares y nos hacemos cargo de su alimentación, vestido y sustento, así como educación, comenta Verónica Gómez García Directora de la Casa Hogar Manos de Amor por Bahía y quien fue reconocida por el Presidente Municipal Rafael Cervantes Padilla con el Premio Bahía de Banderas 2011 al Trabajo Social. Hasta este momento hemos atendido a 113 niños, algunos han estado con nosotros dos meses, otros han estado cinco meses, un año, y hasta 5 años y Angelito que tiene 7 años con nosotros, tiene síndrome de Down, comenta la Sra. Verónica.

En este trabajo te duelen las historias de los niños, casi todas son similares porque vienen de familias disfuncionales, que no cuentan con su padre biológico, todos son hijos de madres solteras, el que más nos duele en el corazón es Angelito que tiene síndrome de Down, su mamá lo abandonó de recién nacido, después su papá, pero con nosotros ha tenido todo, le hemos dado su rehabilitación y necesita más ayuda, sus operaciones para que pueda caminar y esperamos que pronto pueda hacerlo.

Con ayuda de americanos, canadienses y vecinos, logramos construir una casa para atender a los niños, trabajamos 7 años en colectas y donaciones hasta que pudimos construir la casa con dos millones y medio de pesos, después de un año se levantó la nueva casa desde el 2009, así dejamos de rentar la casa que ocupábamos. Hay un grupo de canadienses que llega a Playas de Huanacaxtle y cada año hacen un véneto para apoyarnos y el voluntariado de residentes de Bucerías que en febrero nos apoyan con un evento Rithm and Ribs, el 18 de febrero en la plaza pública de Bucerías y hacemos rifas y subastas.

Trabajamos en coordinación con el Dif que nos mandan niños en custodia, y salen de la casa hasta que se termina el juicio civil y se cumplen con las terapias para los padres, es una responsabilidad que tenemos con la sociedad. También tenemos niños que luego traen porque prácticamente están abandonados.

Agradezco a quien me propuso para ese premio, no me lo esperaba y fue mucha emoción y agradezco a quienes se fijaron n mí, porque ahora se que esta labor ha trascendido, aunque no esperaba ningún agradecimiento, más que la satisfacción de ayudar a cada niño, restaurando su corazón y amando la vida, concluyó Verónica Gómez.