La Pluma Crítica por Edel García
En un mundo capitalista todo es negocio, lo peor no es el sistema sino las actitudes de las personas que componen el mundo. Aquellas que hacen lo que sea por dinero y se inventan las justificaciones que quieren para lograr sus aspiraciones. Esto incluye también el malecón que entra en lo que llamamos patrimonio local y orgullo de nuestra ciudad.
Siempre han existido criterios y opiniones buenas o malas acerca del malecón, convertido en ícono turístico internacional de Puerto Vallarta. Antes las hubo cuando un alcalde lo cubriera de un piso rojo que decían provocaba “pasiones encendidas” o cuando el ex munícipe Rodolfo González Macías decidió hacer lo mismo y cerró el centro de la ciudad por meses.
También cuando Salvador González Resendiz de la noche a la mañana quiso retocarlo y eliminó el paso vehicular por encima de las reclamaciones de los ciudadanos y empresarios. Si quedó mal o favoreció al peatón y al turista eso va al criterio de cada quien, el asunto es lo que dejó a algunos comerciantes que son los que más se quejan de la situación actual.
En estos días el Ayuntamiento se reunía para deliberar si abrir o no el paso vehicular en el malecón. Esta era una de las promesas que hiciera el Ramón Guerrero al grueso de taxistas y personas “afectadas” pero la negativa de los empresarios vallartenses le ha dado el frenazo. La posición es entonces validar la situación de modo oficial y hacerla no viable al final para los autos.
Según la regidora Susana Mendoza Carreño, tras varios recorridos Protección Civil del Estado determinó que ni el grosor, los materiales, y el cálculo estructural es el adecuado para los vehículos. Al tirarse las bases correctas del antiguo malecón por este nuevo se cometieron errores que afectarían eventualmente incluso a algunos comerciantes que han quebrado al verse afectados.
Ni de 8 am a 6 pm porque trasciende los criterios personales al ser un peritaje oficial el que ha determinado por finiquitada la situación. ¿Quién correrá con responsabilidades en caso de accidentes? Pues ellos tampoco. La supuesta quimera era reabrir la circulación del malecón para volverá a dar vida y reactivar el comercio de la zona.
En lo personal veo el malecón diseñado para caminarlo, recorrerlo no como un atractivo en auto sino a pie tanto para el local como para el turista. Al hacerlo más amplio genera más comodidad y no distrae del peligro de los autos y el ruido desnivelado de las bocinas. Debería incluso hasta prohibirse autos o camiones pesados como se hace en cualquier ciudad civilizada.
Si el comercio del centro está en baja no creo que se deba al malecón sino a criterios más globales de crisis o a una mala proyección internacional de Puerto Vallarta por parte de organismos públicos y privados. Los taxis pierden al no esperar a los que salen de “fiestar” y la juventud se queja de tener que caminar más para llegar a los antros del malecón pero todo no es culpa de cierre.
Este malecón es muy distinto al de la Habana en Cuba. Ahí sí se puede pero tiene otras características. Contar con el gobernador es lo que han previsto porque él sí quiere proyectar el destino pero con estrategias centradas. De ese modo todo crece, pero molestias ha habido desde siempre: morales, comerciales, estructurales, ecológicas y personales. Eso sí no varía.