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El Ayuntamiento de Jerusalén aplica el cierre de la rampa hacia la explanada de las Mezquitas

lunes, 12 de diciembre del 2011

La rampa temporal que conduce a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén ha sido cerrada por orden municipal, pese al riesgo de que la medida desate protestas en el mundo musulmán, informan hoy medios locales.
El cierre, aplicado ayer por la Fundación de la Herencia del Muro de las Lamentaciones, había sido decretado la pasada semana por el Ayuntamiento de la ciudad, al considerar que la estructura temporal de madera supone un riesgo para la seguridad.
La rampa, conocida como Puente de los Mugrabíes, fue edificada tras agrietarse en 2004 el antiguo puente a raíz de una nevada y un terremoto.
La estructura conduce a la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentran la mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca y es el tercer lugar más sagrado en la jerarquía del Islam, después de La Meca y Medina.
Dada la sensibilidad religiosa del lugar (donde se cree que se alzaban los bíblicos templos judíos) y la situación de conflicto, los palestinos ven en el cierre de la rampa, con vistas a su posterior demolición, una estratagema de Israel para dañar los cimientos de la mezquita de Al Aqsa.
El ingeniero municipal Shlomo Eshkol insiste en que la estructura, por la que suben los turistas desde la explanada frente al Muro de las Lamentaciones, representa un peligro para la seguridad, por su precario estado de conservación.
Desde ahora, sólo podrá usarla personal de seguridad, en casos excepcionales de urgencia y tras haber consultado con los ingenieros municipales.
Las autoridades israelíes tratan desde hace años de levantar otra rampa permanente, pero no lo han materializado por las protestas que genera entre los palestinos y en el mundo islámico.
La UNESCO estimó en su momento que el reemplazo no causaría daños a los templos musulmanes cercanos, pero criticó a Israel por no coordinar sus decisiones con el Waqf, la autoridad religiosa que administra los lugares sagrados del Islam.
El mes pasado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, retrasó en el último momento un proyecto para iniciar la reconstrucción por temor a que la medida pudiera despertar sensibilidades en los dos únicos vecinos árabes con los que tiene acuerdos de paz: Jordania y Egipto.
En el caso de Egipto, el temor era a que los sectores islamistas, en particular los Hermanos Musulmanes, utilizasen la iniciativa ante la primera de las tres fases de las elecciones legislativas, celebradas el pasado día 28.
En cuanto a Jordania, cuenta con un estatus de supervisor de los lugares santos musulmanes de la urbe, con especial énfasis en la Explanada de las Mezquitas, en virtud del acuerdo de paz que firmó con el Estado judío en 1994.
Hace dos meses, una delegación oficial israelí viajó a Ammán y alcanzó con los representantes de Jordania, y en consultas con la UNESCO, un acuerdo detallado para la instalación de un puente temporal que no causaría daño alguno a los intereses del Waqf, según informó hace dos semanas el diario israelí “Haaretz”, que se basaba en un documento de la agencia de la ONU.
Sin embargo, el rey jordano, Abdalá II, cambió de opinión en el último momento, cuando la maquinaria pesada estaba ya preparada para transportar un nuevo puente metálico a la zona del Muro de las Lamentaciones, agregó.
La marcha atrás estuvo aparentemente motivada por la movilización en Jordania de grupos islamistas contra el reemplazo.
EFE

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