Los cardenales de la Iglesia Católica no se pusieron de acuerdo en la elección de un nuevo Papa tras dos nuevas votaciones durante la mañana del miércoles, después de las cuales el humo negro se elevó sobre la Capilla Sixtina.
Los 115 cardenales electores iniciaron el martes el hermético cónclave y en su primera votación tampoco se definió a un nuevo líder que pueda sacar a la Iglesia de la crisis en la que se encuentra.
Los cardenales, que empezaron la jornada con rezos pidiendo inspiración a Dios, volverán a votar dos veces durante la tarde del miércoles. Se prevén cuatro votaciones diarias hasta que se elija al nuevo Papa.
Cuando se elija al pontífice saldrá humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina y repicarán las campañas de la basílica de San Pedro.
El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, negó las sugerencias sobre divisiones entre los cardenales antes del cónclave y dijo que la elección se llevaba a cabo con normalidad.
“No hay razón para hablar sobre divisiones (…) o conflictos particulares”, sostuvo a periodistas. “Lo que tenemos es una dinámica para encontrar un consenso y ya veremos cómo se desarrolla esto”, manifestó.
El humo negro visto la mañana del miércoles decepcionó a los miles de fieles que aguardaban bajo una incesante lluvia en la plaza San Pedro, aunque pocos esperaban una decisión rápida.
“No se puede esperar un Papa microondas. Es un proceso. Estos hombres están tratando cuidadosamente de saber quién debe ser el próximo líder que los guíe. Estoy un poco contento de que no haya humo blanco porque acabo de llegar”, dijo a Reuters el estadounidense Adrian Britton de 34 años.
Sin embargo, la estudiante austríaca Daniela Weber, de 25 años, dijo que estaba “decepcionada porque quería ver el humo blanco porque sólo estaré aquí un día más”.
Los cardenales afrontan la dura tarea de elegir a un hombre capaz de enfrentarse a una serie de escándalos y luchas internas que se cree que contribuyeron a la decisión de Benedicto XVI de renunciar en febrero, la primera vez que ocurría algo así en 600 años.
Con varios candidatos papables, los cardenales probablemente deban realizar varias votaciones para definir a quién liderará a los 1.200 millones de católicos del mundo.
Muchos expertos prevén que habrá humo blanco el jueves.
¿NUEVO PAPA PARA EL JUEVES?
“Un nuevo Papa para mañana”, decía el titular del diario La Stampa.
Sólo un hombre desde el comienzo del siglo XX, Pío XII, fue elegido en las primeras tres votaciones y, en promedio, han sido necesarias siete votaciones en los nueve últimos cónclaves. Benedicto XVI fue elegido en el 2005 después de cuatro votaciones.
Los peregrinos y turistas empezaron a llegar a la Plaza San Pedro temprano en la mañana esperando ser testigos de la historia, cuando la chimenea de la Capilla Sixtina emane humo blanco.
“Es un momento maravilloso, un momento histórico”, dijo monseñor Ronny Jenkins, secretario general de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
“Es un momento increíble, pero queremos que la lluvia se vaya”, dijo entre risas.
Los cardenales quedaron recluidos en la Capilla Sixtina, bajo los frescos de Miguel Angel, tarde el martes, tras un día de pompa religiosa y oración y que terminó, como se esperaba, con humo negro saliendo de la chimenea dos horas después.
Ningún cónclave moderno ha alcanzado una decisión el primer día, que se considera un filtro para determinar cuáles son los verdaderos favoritos para las siguientes votaciones.
La mayoría de las apuestas se centran en el jueves, aunque al no haber un candidato claro, el cónclave podría durar más.
No se esperan filtraciones, y el Vaticano ha adoptado precauciones, como inhibidores que dificultan el funcionamiento de los teléfonos móviles.
El nuevo Papa asumirá una carga que según dijo Benedicto XVI en febrero, iba más allá de sus capacidades físicas.
La Iglesia sufre los escándalos por abusos a niños y el caso “Vatileaks”, en el que el mayordomo de Benedicto XVI reveló documentos que denunciaban corrupción y luchas internas dentro de la Curia, la burocracia central del Vaticano.
También se ha visto sacudida por la rivalidad de otras iglesias, el avance del laicismo, especialmente en Europa, y los problemas en la gestión del banco Vaticano.
El ex líder de la Archidiócesis de Los Angeles, el cardenal Roger Mahony, está asistiendo al cónclave a pesar de los pedidos para que no lo hiciera después de un escándalo de abusos que llevó a que su sucesor, el arzobispo Jose Gomez, lo censurara. Como castigo fue despojado de todas sus tareas administrativas.
El martes, los abogados de las víctimas en cuatro casos de abusos dijeron que la diócesis, Mahony y un ex sacerdote habían acordado pagar casi 10 millones de dólares para acabar con los casos. Mahony fue acusado de ayudar a un sacerdote pedófilo confeso a escapar de un procesamiento.
PRINCIPALES CANDIDATOS
Entre los principales contendientes están el italiano Angelo Scola -que devolvería el papado a un italiano después de 35 años en manos del alemán Benedicto XVI y el polaco Juan Pablo II- y el brasileño Odilo Scherer, que sería el primer Papa no europeo desde el sirio Gregorio III, hace casi 1.300 años.
En las reuniones preparatorias para al cónclave, los cardenales parecían divididos entre aquellos que piensan que el nuevo pontífice debe ser un gestor fuerte que ponga bajo control una burocracia inoperante y otros que buscan una figura más pastoral para revitalizar la fe en todo el mundo.
Scola, arzobispo de Milán y que ha estado al frente de las dos grandes diócesis italianas sin ser parte de la administración central del Vaticano, podría estar bien posicionado para entender la política bizantina de la Curia e introducir reformas rápidas.
Se dice que Scherer es el candidato favorito de la Curia y satisfaría a los que quieren a un no europeo, reflejando el futuro de una iglesia que se desplaza hacia el mundo en desarrollo.
Una serie de otros candidatos de numerosas nacionalidades también han sido mencionados como “papables”, como los cardenales estadounidenses Timothy Dolan y Sean O’Malley, el canadiense Marc Ouellet y el argentino Leonardo Sandri.
Todos los prelados reunidos en la Capilla Sixtina fueron elegidos por Benedicto XVI o por Juan Pablo II, por lo que el próximo pontífice casi seguramente continuará con su defensa acérrima de las enseñanzas morales tradicionales.
Reuters