Opinión por Edel García
Ser inteligente es más que heredar genes y tener un Coeficiente de Inteligencia (CI) elevado. Ser inteligente tiene que ver con darle soluciones a los problemas que se presentan de la mejor manera. Es tu capacidad para orientarte en situaciones nuevas sobre la base de tu comprensión, resolver tareas con la ayuda del pensamiento.
No siendo la experiencia lo decisivo, sino más bien, la comprensión de lo planteado y de sus relaciones. De todos modos, somos seres sociales y relacionales pese a las valoraciones que se tienen acerca de ser inteligentes o qué factores lo componen. Muchas de las problemáticas y asuntos que tomamos en el día a día devienen de nuestra convivencia.
Eso hace que tengamos que desarrollar una capacidad para interactuar con las personas donde hacerlo ganando el agrado del otro es un objetivo clave. Buscamos un objetivo y mediante nuestra inteligencia emocional eficaz o ineficaz tenemos éxito o descredito.
Poder relacionarse, cómo hacerlo de la mejor manera, saber hablar y sonreír, tocar inteligentemente las palabras, hacer sentir al otro importante y cómodo forman parte de esta realidad. Sin embargo, cuando nos interesa poco somos seres más limitados ya que todo no está en nuestras manos y favores necesitamos todo el tiempo.
¿Qué pasa cuando somos funcionarios públicos? ¿Tenemos un reforzamiento obligatorio a tratar de ser más inteligentes emocionalmente? Se cumple que es un requisito el que así sea, pero situaciones donde los “jefes” se confían en su poder y se comunican a gritos y malas formas acostumbran.
El Director de Cultura Sergio Zepeda no acaba de entender que ser inteligente no es tener un puesto sino aprender a manejar sus emociones y dialogar los asuntos del día a día con calma y enfoque. Hacerlo de otro modo hace que las personas se sientan maltratadas y ofendidas y nadie quiere sentirse menos.
Uno se pregunta si el puesto hace que se perciba con derechos a manifestarse de la forma prepotente en que se ha venido manifestando últimamente. Las noticias incesantes de su persona así lo confirman, la prensa suele exagerar pero donde hay casos de evidencia audible es imposible negar la realidad.
La razón no se arranca, se entrega de vuelta cuando es bien manejada. Hoy se hace noticia que el Instructor Adolfo Vázquez proporcionó a los medios una charla con Sergio Zepeda. Nada de extrañar que continúen los malos tratos luego de que un grupo de personas que hacían ejercicios por en la Isla del Río Cuale, se manifestara en el Ayuntamiento por ser corridos por la policía y elementos de reglamentos tras órdenes del Director de Cultura.
Lo más penoso es que se burló de ellos. Les quitaron la electricidad, los amedrentaron con las patrullas. Supuestamente tenían el visto bueno de Cultura pero al parecer no era así. Fueron acusados de que molestaban a los vecinos con ruidos, cosa que se constató que no eran ellos pero lo peor de todo, es que su actividad no fuera considerada “cultural”.
¿Qué es cultural? Bueno, lo que es cultural es derivado de la cultura. Existen dos maneras de enfocar este concepto: la primera se refiere a la excelencia en el gusto por las bellas artes y las humanidades. La segunda se refiere al conjunto de saberes, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre.
¿El deporte, ejercicio físico o zumba es algo cultural? El deporte es cultura, porque forma parte del emergente de una sociedad. El ejercicio físico organizado socialmente como es el caso, es una forma de conducta social humana derivada del contexto sanitario que vive este país. Deviene de la actualidad con que se percibe bajar de peso al natural sin dietas ni pastillas raras.
Decir que no es cultura es faltar a la razón, sobretodo viniendo del máximo exponente en el Municipio. La cultura no se cuenta sino que es algo que se construye. Cada vez que se hace ejercicio físico se hace cultura, sencillamente es otra manera. Punto y aparte…
Por otra parte, el mismo alcalde Ramón Guerrero Martínez indirectamente destacó la falta de respeto que existe en la jefatura de cultura local. Destacando la importancia de que los funcionarios públicos se comporten con toda legalidad y respeto hacia los ciudadanos y medios de comunicación.
Hay que ser más inteligente en la vida. Sobretodo porque cuando se juntan los errores del ayer, los gritos, los cobros, las malas formas y el pasado es el presente entonces no hay nada que hacer. Rectificar es de sabios, reincidir es de personas que no saben oír a tiempo. Las acusaciones pueden llegar a Contraloría Social y ser peor porque se le daría seguimiento.
El alcalde se va cansando y su compromiso es con el Ayuntamiento. Al menos eso es lo que dice él, el resto habrá que verlo. Pero el que está totalmente desaparecido siendo que le atañe el tema y el área es al regidor Humberto Gómez. Callas y otorgas o cumples con tu trabajo.