Las acciones del grupo criminal de Los Zetas en el Casino Royale de Monterrey, en el norte de México, fueron la causa de la muerte de 52 personas en el incendio y no la ausencia de medidas de seguridad en ese negocio, informaron hoy fuentes oficiales.
“La causal determinante (de las muertes) fueron las acciones que llevaron a cabo 18 sujetos; su presencia armada e intimidaciones contribuyeron al caos”, dijo el fiscal del estado de Nuevo León, Adrián de la Garza, al presentar los resultados del peritaje realizado al casino.
Una célula de Los Zetas esparció el 25 de agosto pasado, a plena luz del día, 200 litros de gasolina en la casa de apuestas y en 40 segundos se propagó el incendio causando la muerte de 52 personas.
En el ataque, perpetrado ante la negativa de los administradores del casino a ser extorsionados, participaron 36 personas, 18 de ellas de manera directa, de acuerdo con la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía).
Los detenidos por su presunta participación directa o indirecta en el atentado suman 18 y faltan otros 18, entre ellos el comandante “Mata Perros” y “El Quemado”, supuestos jefes zetas en Monterrey, así como Heriberto Lazcano, alias “el Lazca”, el líder del cartel a nivel nacional.
Las autoridades consideran a Lazcano, quien desertó del Ejército mexicano en 1999 para fundar Los Zetas junto a otros militares, el autor intelectual de la masacre y ofrecen unos 30 millones de pesos (2.2 millones de dólares) de recompensa por información que lleve a su captura.
El titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo) de la PGR, Cuitláhuac Salinas, deslindó a los dueños del casino de una responsabilidad penal, pero indicó que hay otras líneas abiertas de investigación en su contra de tipo administrativo, civil y laboral.
El negocio contaba con ocho salidas -dos subterráneas, dos en la azotea y el resto conectaba con las calles-, así como con 40 extintores “debidamente señalizados”, materiales con retardantes al fuego y señalamientos de rutas de escape, dijo De la Garza.
Sólo una de las puertas que era utilizada por los trabajadores estaba bloqueada, apuntó el fiscal del estado de Nuevo León, al destacar que “aunque el casino contara con todas las medidas de seguridad, no hubiesen sido suficientes para un atentado de esa magnitud”.
EFE