Opinión por Hugo Lynn Almada
Han pasado 100 días desde que la actual administración municipal tomó las riendas del gobierno. En este lapso, no podemos notar ningún cambio real en relación con el gobierno anterior.
Persisten los problemas de recolección de basura; sigue en el limbo el monto de la deuda; desconocemos quienes integran la nómina y cuánto ganan cada uno de los funcionarios públicos que la conforman.
No conocemos si hubo despidos, y si existieron, no sabemos bajo qué condiciones de liquidación ocurrieron. No hay información clara sobre ningún tópico de la administración pública y en las calles, los problemas son los mismos que en el gobierno de Salvador González Reséndiz.
En el año de 1995, cuando Fernando González Corona asumió el gobierno municipal, durante los primeros cien días se establecieron bases que hicieron posible ese gobierno que es recordado por un gran número de ciudadanos por su eficiencia y capacidad.
En aquellos cien días de gobierno, González Corona fue capaz de articular un programa de trabajo trianual al que llamó Plan de Desarrollo Municipal; los gobiernos municipales panistas subsecuentes también lo implementaron.
Se trataba de un documento semi académico de planeación; era una definición de obras y acciones, definidas en objetivos específicos y particulares, al que se le podía dar seguimiento mediante programas informáticos novedosos para su época.
En estos primeros 100 días de gobierno de Ramón Guerrero no solo las cosas no han dado un giro, sino que parecen agravarse: hoy hay más deuda; aparentemente existen más empleados municipales; la nómina no ha sido adelgazada, la prestación de servicios es deficiente e insuficiente y la política brilla por su ausencia.
Los primeros 100 días de una administración resultan simbólicos porque resultan ser una buena muestra de lo que se verá en el futuro. Si al cabo de este primer trimestre y 10 días las cosas no han apuntado hacia el mejoramiento, entonces no se entiende cuando vayan a empezar a realizarse los cambios prometidos.
Por el contrario, la gente hoy comienza a dar muestras de exasperación: hay molestias por los incrementos en los impuestos y obligaciones fiscales del orden municipal. El predial está causando prurito, pero será en el pago de licencias donde la gente llegará su punto máximo de resistencia. No todos son grandes empresarios y el trato que reciban será igual.
Por eso estos 100 días no dan esperanzas de mejora. Sin embargo aún quedan cerca de mil días más para demostrar que las intenciones son buenas. El tiempo sigue corriendo.