De buenos y malos

Por Hugo Lynn Almada

Nadie puede criticar el fin público del Teletón. Ayudar a esos niños en situación de discapacidad es un acto que tiene apariencia de nobleza. Esos cientos de chiquillos que, careciendo a veces de lo indispensable, tienen que tratar de hacer una vida en el medio de sus dificultades físicas.

La construcción de más de 20 centros de atención del Teletón, por gran parte de la geografía nacional, es la obra que vemos y palpamos. Están ahí, están trabajando. Ayudando a los chamacos y dando empleo a un buen número de especialistas.

No. Visto así, no se puede criticar.

Lo que es criticable es lo que hay tras bambalinas. Lo que se critica es lo que sucede en las cuentas que administra a su libre albedrío la fundación Teletón. Porque cada año le entran al cientos de millones de pesos para seguir adelante, de los que nadie informa nada, ni transparenta nada.

Lo criticable es el manejo sentimentaloide, del que se aprovechan para exprimir recursos a la gente más fregada, la que se desprende de muy buen corazón de 30 ó 50 pesos que le privarán de una comida o una cena para la familia, sin que a nadie se le diga con puntualidad en qué se gasta cada peso. ¿Alguien sabe cuánto paga Teletón por boletos de avión, viáticos, conferencias, comidas y demás gastos accesorios que hacen los directivos de la fundación?

Lo que se critica es la evasión de impuestos de las empresas involucradas en esta tarea. Decenas de millones de pesos que no pasan por el fisco, que se diluyen sin que los beneficios se distribuyan entre todos.

Lo criticable es el “saludo con sombrero ajeno” que hacen muchas empresas que recaudan algunos centavos en las ventas de sus productos, y que al final se convierten en millones de pesos que “aportan” y deducen de impuestos, cuando los verdaderos aportantes son los consumidores.

Se critica la aportación económica de los gobiernos municipales, estatales y federal, que le meten dinero que es de todos los contribuyentes a un esfuerzo que en estricto sentido deberían de estar encabezando.

Es criticable que toda la mercancía que aparece con la marca del Teletón, y que debe de generar millones de pesos de ganancias, está beneficiando a particulares que se meten una buena lana a los bolsillos, sin que nunca se aclare si de esos recursos algo se entrega a las clínicas de atención del Teletón.

Se critica la doble moral de Televisa, que por un lado se convierte en la aglutinadora del apoyo y la filantropía y por otro tiene sumida a la población en la ignorancia y en el analfabetismo funcional.

Se critica el maniqueísmo en el que pretenden ubicar a la población, en donde ellos son los buenos junto con toda la gente que les apoya y los otros, los que no nos tragamos sus patrañas, somos los malos.