Carolina Gómez Aguiñaga
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Puerto Vallarta, Jalisco
Hoy un grupo de personas de Cabo Corrientes llegaron a Puerto Vallarta a manifestarse ante la Octava Zona Naval, luego que el pasado fin de semana dos campesinos fueron vejados por marinos en aquel municipio.
Las personas señalaron que la armada de México tiene un campamento por las bodegas Liconsa en El Tuito y que instalan un retén todos los días, donde revisan a todos los vehículos, además que aseguran que también se metan a casas y hasta roban gasolina.
“Estuvimos hora y media platicando con el contraalmirante Elías Caballero Rosas y dice que de aquí no han salido, pero me han informado que sí están instalados en El Tuito. El almirante se comprometió a investigar quién fue a hacer ese desastre y quién está hostigando”, dijo una señora, quien agregaron que pondrían la denuncia correspondiente.
CONTEXTO
Jorge Olmos, columnista del Vallarta Uno, entrevistó a los campesinos que fueron vejados por personal de la Armada: “Todo ocurrió alrededor de las 7:40 de la mañana, yo me encontraba en mi casa y hasta aquí llegaron tres camionetas oficiales de la Armada de México con unos 20 marinos, todos encapuchados, eran de esas Ford Lobo que traen ellos, de color gris. Me dijeron que los tenía que acompañar, que ya había valido madre y preguntaban constantemente con quién trabajaba”, relató el más joven de los agredidos.
El segundo de las víctimas, dijo que a él lo agarraron en el crucero del Tuito delante de su familia, que le gritaron “a ti te queríamos agarrar vivo cabrón, ya valiste madre” y lo treparon a una de las camionetas, lo vendaron y se lo llevaron con rumbo desconocido.
Comentó que transcurrieron unos 15 minutos de camino, “le dieron para Llano Grande, del lado de Tehua”; y que después vio que los llevaron a un arroyo, donde comenzaron a golpearlos y a torturarlos física y psicológicamente, “ya que amenazaron con violarnos, que nos iban a meter un tubo por atrás si no cooperábamos. Uno de los soldados incluso advirtió que mejor me iban a dar un tiro en la cabeza”.
“Nos pusieron toallas mojadas y nos chicharrearon (toques eléctricos en diferentes partes del cuerpo), así como nos colocaron una especie de polvo con chile en la nariz, como Tehuacán; y entre tres de ellos se nos subieron al estomago para presionarnos y como les dijimos la verdad, que trabajamos con Gilberto González, nos siguieron golpeando por más de media hora. Después nos dejaron libres, no sin antes amenazarnos de muerte si decíamos algo, pues aseguraron que ya nos tenían bien ubicados a nosotros y a nuestras familias”.
Por la tarde noche, los dos campesinos decidieron acudir al Ministerio Público adscrito a los juzgados municipales para interponer una denuncia penal contra los marinos, según la Averiguación Previa “AP-5256/2012” registrada ante la Procuraduría General de Justicia.