Los estadounidenses comenzaron a votar el martes tras una larga e intensa campaña, donde los sondeos muestran al actual presidente y candidato demócrata, Barack Obama, y a su rival republicano, Mitt Romney, cabeza a cabeza, en una elección que se definirá en un puñado de estados del país.
Los centros de votación abrieron al amanecer en toda la región Este de Estados Unidos y ciertas zonas del centro del país. Se espera que al menos 120 millones de estadounidenses voten para otorgar a Obama un segundo mandato o reemplazarlo por Romney.
La decisión de los votantes marcará el rumbo del país en los próximos cuatro años en lo que respecta al gasto, los impuestos, la atención médica y los desafíos de política exterior entre los que se destacan las ambiciones nucleares de Irán y el surgimiento de China.
Las encuestas nacionales de opinión muestran a Obama y a Romney en un empate virtual, aunque el candidato demócrata tiene cierta ventaja en varios estados vitales donde no se observa una tendencia definida -el más destacado es Ohio-, que podrían darle los 270 votos electorales que necesita para quedarse en la Casa Blanca.
Romney, el multimillonario ex jefe de un fondo privado, sería el primer presidente mormón de Estados Unidos y uno de los estadounidenses más ricos en ocupar el cargo. Obama, que se convirtió en el 2008 en el primer presidente negro del país, está luchando por ser también el primer demócrata en obtener un segundo mandato desde Bill Clinton en 1996.
Encendida por un gasto récord en avisos de propaganda negativa, la batalla entre ambos candidatos se focalizó fundamentalmente en la lenta recuperación económica y el persistente alto desempleo, aunque por momentos se tornó personal.
Mientras los estadounidenses se dirigían a las cabinas de votación, los equipos de campaña de los dos candidatos trabajaban fervientemente a último minuto para movilizar a los partidarios a emitir efectivamente sus sufragios, en un país donde votar no es obligatorio.
Los centros de votación comenzarán a cerrar el martes en Indiana y Kentucky a las 18.00 hora local (2300 GMT), y la jornada irá terminando en todo el país unas seis horas después.
Los primeros resultados, como es tradición, fueron contabilizados en Dixville Notch y Hart’s Location, en New Hampshire, poco después de la medianoche (0500 GMT).
Obama y Romney recibieron cinco votos cada uno en Dixville Notch. En Hart’s Location, Obama se quedó con 23 sufragios, frente a nueve para Romney, mientras que dos votos fueron para el candidato libertario Gary Johnson.
La estrecha carrera presidencial eleva los pronósticos de un resultado reñido similar al de la elección del 2000, que fue definida por la Corte Suprema de Estados Unidos. Ambas campañas han establecido equipos legales para lidiar con posibles problemas de sufragio, desafíos o recuento de votos.
El equilibrio de poder en el Congreso estadounidense también estará en juego con carreras por el Senado y la Cámara de Representantes que podrían impactar sobre el resultado de las negociaciones relacionadas con el llamado “abismo fiscal”, ligado a recortes de gasto y finalización de exenciones impositivas que entrarían en vigencia a fin de año, a menos que se llegue a un acuerdo.
Los demócratas de Obama mantendrían por poco su mayoría en el Senado, mientras que los republicanos de Romney retendrían el control de la Cámara de Representantes.
LA ASISTENCIA, LA CLAVE
La contienda presidencial probablemente será definida por la asistencia a los comicios, específicamente por la combinación de votantes republicanos, demócratas, blancos, de las minorías, jóvenes, ancianos e independientes que acudan a los centros de votación.
Obama y Romney atravesaron siete estados el lunes en el día final de campaña, para instar a los partidarios a acudir a los comicios y para atraer a los últimos votantes indecisos.
Obama se centró en Wisconsin, Ohio e Iowa, los tres estados de la región central del país donde no se observa una tendencia definida de los votos que, eliminado sorpresas en otros puntos, le darían los 270 votos electorales.
Romney visitó los estados de Florida, Virginia y Ohio antes de cerrar en New Hampshire, donde lanzó sus aspiraciones presidenciales en junio del 2011.
Tras dos días de intensos viajes de los dos candidatos, Obama cerró su campaña a Des Moines, Iowa, con un discurso que hizo recordar su campaña del 2008.
“He regresado una vez más a Iowa para pedirles su voto. He regresado para pedirles que nos ayuden a terminar lo que hemos comenzado, porque aquí es donde comenzó el nuevo movimiento para un cambio”, dijo a una multitud estimada en unas 20.000 personas.
La voz de Obama se quebró y debió secarse algunas lágrimas al dirigirse a quienes han ayudado en su campaña.
Por su parte, el ex gobernador de Massachusetts y candidato republicano terminó el día con una marcha de la “Victoria Final” en Manchester, New Hampshire, la ciudad donde lanzó su campaña el año pasado.
Reuters