Koshik, un elefante asiático macho del zoo Everland de Yongin, una ciudad al sur de Seúl, saluda a los periodistas ‘diciéndoles’ “choah2 (‘bueno’) y “nuo” (‘acostarse’).
También puede reproducir los sonidos “annyong” (‘él’), “anja” (‘sentarse’) y “aniya” (‘no’), según un equipo de científicos de Corea del Sur y Europa que estudia su vocalización.
Los elefantes no pueden utilizar sus labios para emitir sonidos como lo hacen los humanos, ya que sus labios superiores están unidos a su nariz para formar la trompa.
Pero Koshik pronuncia palabras enrollando su trompa y colocándola dentro de la boca. Después, sitúa la punta de la trompa sobre su lengua o en el paladar para crear diferentes sonidos.
Los investigadores no están completamente seguros de cómo Koshik adquirió esta habilidad, pero creen que pudo aprender las palabras de su entrenador Kim Jong-Gap.
“El único contacto social que estableció Koshik fue con su entrenador y creemos que aprendió e imitó las palabras para establecer lazos y confianza con Kim”, dijo Oh Suk-Hun, un veterinario de Everland y coautor de la investigación.
Aunque el elefante puede escuchar e imitar las palabras, los investigadores todavía estudian si puede entenderlas, dijo.
El zoo Everland llevó a cabo su investigación junto con científicos de la Universidad de Viena en Austria y de la Universidad de Jena, en Alemania.
Koshik nació en 1990 en un zoo estatal de Seúl y fue trasladado tres años después a Everland, a 49 kilómetros al sur, a una zona del mayor parque temático de Corea del Sur.
“Koshik es como mi bebé porque le entrené desde que llegó aquí”, dijo Kim a AFP.
“Dormí en un saco de dormir cerca de Koshik durante un mes cuando comencé a entrenarle y creo que por eso nos unimos tanto, hasta el punto de que él comenzó a imitar mi voz”, dijo su entrenador de 19 años.
“Nunca pensé que un animal, especialmente un elefante, pudiera imitar sonidos humanos, por lo que me sorprendió y me emocionó ver a Koshik ‘hablar'”, añadió.
Los elefantes son mamíferos muy sociables que en la vida salvaje viven en grupos y utilizan sonidos de baja frecuencia para mantenerse en contacto a través de grandes distancias.
Según los investigadores, Koshik, de 22 años de edad, puede imitar varias palabras coreanas utilizando su trompa y su boca, algo que comprobaron varios periodistas.
AFP