Comunicacion en mutis‏

Por Edel García

Uno de los activistas más importantes de una delegación conurbada de Alemania llegó muy lejos en la política. Uno de sus lemas base para levantar la atención cansada de los ciudadanos comunes era: “Nos importa cómo luce lo que hacen y cómo lo hacen”. Su máxima, fue la punta de lanza para obligar al gobierno a transparentar cada acción que realizaba, de esa forma se devolvía el oculos populi y no quedaban aristas varadas.

Luego de un fin de semana ajetreado entre paredes, se reunieron los regidores del Movimiento Ciudadano, funcionarios de la administración junto con el Alcalde y sus asesores para entablar un esfuerzo común en aras de la ciudad. Lo malo no es la intención sino la conclusión de un forzado silencio impuesto a los servidores públicos, quienes no pueden dar declaraciones de ningún tipo sino a través de su vocero municipal: Jaime Castillo Copado.

Por esa parte creo que poco se trabaja para que el pueblo conozca cómo piensan sus funcionarios públicos quienes lo representan. Elemento que es un derecho de los votantes y no puede ser minimizado a los canales oficiales de comunicación del gobierno ocupados más en maquillar la verdad que en ser críticos consigo mismo. Esa postura contradice sobremanera la imagen de participación ciudadana acallando la transparencia.Uno se pregunta si es una estrategia que les conviene más a unos políticos que no se conocen entre sí por separarlos 6 horas de viaje y no quedar en ridículo en sus opiniones o por callar una prensa ansiosa de comunicar la realidad de un gobierno flojo en su estructura.

Es la primera vez que se oficializa algo parecido en un departamento de Comunicación Social más centrado en verse inútil que mostrarse trabajador. La funcionalidad de boletines que ejerce es risible, apenas cuatro al día y sin la seriedad que tamaña responsabilidad amerita. ¿Cómo es posible que un hombre como Jaime tenga tantas críticas de la prensa siendo tan joven? La respuesta es que no basta con querer presidir sino hay que saber presidir. Los medios son esa voz que el pueblo necesita y se tiene que saber operar ese poder, pero jamás silenciarlo.

En los gobiernos de Bravo o  González Reséndiz no pasó eso, les molestaban las preguntas ácidas pero al menos daban la cara. No se dio una ley que amarrara la prensa de ese modo, así que el actual alcalde pretende gobernar con la voz prestada y las ideas calladas. Que se recuerde, cada funcionario público hablaba con libertad sobre su trabajo o responsabilidad pero lo que sucede hoy día es que al haber tamaña desorganización interna, cada quién filtra de los regueros públicos.

Lo que sucede hoy es que el ayuntamiento municipal no está agrupado, unido, cohesionado porque se ha enrarecido con visitantes de Guadalajara. No se puede lograr un sentido de pertenencia o un trabajo mancomunado si no se piensa en Puerto Vallarta y no en haber perdido los puestos estatales. Seamos realistas…esta ciudad para algunos funcionarios era una alternativa, tal vez la temporal para seguir en el ruedo de la política.

¿Qué clase de Gobierno representa a un pueblo cuando obliga a que su vocero (prensa) se vea obligado a repartir especulación a la ciudad? ¿Qué clase de filtros tan “convenientes” se busca para hablar? ¿Cuándo pararemos el manejo de compromisos? ¿Por qué se agrede al pueblo con la desinformación? ¿Por qué pagan justos por pecadores?

Todo lo que sucede no son baches, no es turismo, no son medallistas olímpicos ni pensar en la competitividad de la ciudad. Todo no es que la Asociación Ángeles done a la ciudad o que el Ayuntamiento rebaje el predial, que se hable de arte, o que se celebre junto con el DIF el día del cáncer de mama. Las personas con dos dedos de frente quieren más porque necesitan más para sentir que su apoyo es correspondido y no usado por el gobierno. Lo único que amortiza eso lo da la transparencia en las noticias y las opiniones de aquellos encargados de velar por el bien del pueblo.

No hacen falta promesas al aire como fueron hechas hace un tiempo atrás en una reunión con los medios por parte de la jefa de prensa y el director de comunicación social. Hacen falta aperturas pero no las impuestas al son de Sócrates: “Cualquier cosa que yo vea o escuche durante mi ejercicio sobre la vida de los hombres de lo que no debería hablar, no la divulgaré en cuanto considere que tal conocimiento deberá permanecer secreto”.

Lo que sucede en el barrio no se silencia, lo que piensa la gente no se calla, lo que necesita el pueblo, no se pone en mutis. Por eso la información se respeta y no se enmudece, no se deja a la especulación de los actores. Nosotros amamos los actos…