Seguridad insegura

 Por Edel García

Hace mucho tiempo se hizo un concurso de asociaciones en una ciudad china muy rural. Los pobladores eran personas que vivían de la agricultura pero muy dados a la lectura de la historia y su legado en el presente. El ganador de dicho evento fue capaz de imponerse a su contrincante cuando respondió una asociación con la palabra seguridad. Su contrincante respondió control, él contestó paz.

Obviamente uno pensaba en orden y control como artífices de la seguridad y el último pensaba en la paz como la razón por la que uno se siente seguro. Dos conceptos, dos realidades como las deseadas por la nación y las expresadas ayer miércoles por el nuevo Presidente Electo de México Enrique Peña Nieto. En ellas prevé crear un modelo policiaco similar al que tiene Francia, una especie de Gendarmería Nacional para mantener mayor presencia en las comunidades, pequeños poblados y ciudades medianas.

Buscando que existan mayores lazos entre los efectivos de seguridad se olvida de que es importante transparentar las fuerzas del orden y no tanto la estructura. Lo que adolece México es una integridad policiaca, mayor colaboración y no un modelo de organización ajena. Razones como esas hacen que seamos mofa pública al ver los muertos caminar solos por las funerarias, sacados en autos a toda velocidad.

Mientras tanto continúan las dudas acerca de si el Director de Seguridad Pública es el más capaz para su función o para la seguridad insegura que tiene Vallarta. Las personas no creen, no se fían, no sienten que un atentado personal tan atroz venga de la simple emoción de la represalia por negocios entorpecidos.

Se habla de que Roberto Rodríguez es una bomba de tiempo y le dedican recordatorios en letreros por las colonias de la ciudad. ¿Cómo no vivimos la seguridad de otra manera? ¿Dónde se quedó la motivación de los primeros años? ¿Por qué después de tanto pasado no se aprende de una vez? ¿Cuándo se le dará más seguridad de paz a la ciudad en lugar de seguridad insegura?

Hace unos días el mismo Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública, Ricardo Salas Torres dijo una verdad a gran escala: se necesita una depuración a nivel nacional y en Jalisco. Eso implica que todos los jefes policiacos y todos los elementos tienen que ser certificados, incluso los de nuevo ingreso. Nos preguntamos por qué hay que depurar si no existen estigmas, por qué hay que recalificar si todos son competentes, de qué violencia más extraña e inexistente hablamos.

Aunque exista un incumplimiento general de las averiguaciones, y su deber para con los afectados civiles. A pesar de que se haya dicho que ningún presidente municipal puede contratar ni director, ni secretario, ni responsable de Seguridad Pública si no tiene su certificación so pena de irregularidad. Aún cuando la mayoría de las fuerzas de seguridad no hayan pasado las pruebas de control de confianza… se sigue esperando en ellos.

La realidad es que cada colonia es un espejo del cuidado del orden en sus calles, y ese orden busca un fin común llamado paz. Razón por la que una maestra me mostrara una frase muy interesante: “Todo cae por su propio peso”, firmado: La gravedad.