Los trajes de baño “recatados” se sacudieron la naftalina y vuelven a estar de moda en Estados Unidos, al menos para una clientela que los elige por motivos religiosos, por exceso de curvas o simplemente para evitar exponerse al sol.
“Definitivamente había una necesidad”, dijo a la AFP Regine Tessone, creadora hace una década de Aqua Modesta, una línea de trajes de baño de corte pudoroso que se pueden comprar en su tienda en Nueva York y también en internet.
“Muchas mujeres buscaban algo así, yo la primera”, agregó esta empresaria judía ortodoxa que decidió, a falta de opciones, lanzar su propia colección.
Lejos de los bikinis y las mallas enteras, Aqua Modesta ofrece trajes de baño de “cuatro piezas”: un sujetador, una calza hasta la rodilla, una falda corta y un top con mangas.
Todos son confeccionados en una tela que los hace “ligeros, cómodos, de secado rápido, opacos incluso en colores claros”, señala la página web de Aqua Modesta. Además, son “fabricados en Estados Unidos, y están a la moda”.
En Sterling, Virginia (este de EEUU), Zeena Altalib creó la marca Primo Moda, también “por la frustración de no encontrar nada que fuera lindo, con estilo y un corte púdico”.
Además de ropa deportiva, esta musulmana propone trajes de baño que cumplen con las estrictas normas islámicas: de mangas largas, con pantalones a los tobillos y pañuelos en la cabeza, hechos en tejido sintético aprobado por las piscinas públicas.
En Estados Unidos, un país más puritano que la vieja Europa y donde se encuentran todas las religiones del mundo, los sitios web de moda recatada abundan.
Hydrochic, por ejemplo, ofrece pantalones cortos y camisetas sin mangas, pero escotes discretos. Wholesomewear vende tres modelos “para nadadores más activos”: un vestido-pantalón, un vestido con falda y un vestido con falda más ajustado y con cierre al frente. Jenclothing, en tanto, vende trajes de baño para mormonas estilo años 1950, nuevamente de moda.
Regine Tessone estudió diseño en el Fashion Institute of Technology de Nueva York, pero aplicó poco en Aqua Modesta. “Al crear mi propia línea tuve que hacer todo lo contrario de lo que aprendí como diseñadora”, reconoció entre risas, considerándose una paria de las escuelas de moda.
“Nos enseñaron a destacar el pecho, las caderas, todas las formas sensuales de una mujer y yo las tuve que eliminar”, dijo, explicando que para su religión, “una mujer puede ser hermosa, pero debe evitar provocar el deseo sexual fuera de la alcoba”.
Sin embargo, la tela de los trajes de baño “tiende a pegarse. Se debe tener cuidado de hasta dónde se puede ir y, al mismo tiempo, debe cumplir su papel”, advirtió.
Todos dicen que sus ventas, que van desde unos pocos miles a varias decenas de miles de dólares por empresa, están en constante aumento, pero es difícil saber la razón debido al anonimato de internet.
“El estilo de vida de las mujeres musulmanas ha cambiado”, estimó Altalib. “Quieren participar en las actividades de sus hijos, pasear en canoa, ir a la playa, disfrutar de todo lo que Dios y la naturaleza tienen para ofrecer, pero usando la ropa adecuada”, dijo.
“Veo un montón de mujeres que nunca caminarían por ahí en ropa interior ¡y luego hacen precisamente eso en la playa! Es una locura”, escribió una usuaria bajo el nombre de Nicole en el blog cristiano “Creada para ser de él” (CreatedtobeHIS31.blogspot.com).
Por su parte, Ambar Grey, de la tienda Simply Modest, habló de una “reacción violenta” contra el tipo de feminismo que “promete libertad, pero en realidad encierra a la mujer en la creencia de que tiene que adaptarse a una cierta idea de qué es una mujer, y parte de eso es mostrar su cuerpo a quien quiera verlo”.
Joan Ferguson, fundadora de Wholesomewear, con sede en Oregon (noroeste), dijo que sus clientas no están para nada motivadas por su fe.
“Mucho de esto es a causa de las creencias religiosas”, dijo, pero señaló que cada vez tiene “más y más clientes que quieren ocultar sus curvas, estar mejor protegidas del sol o, al envejecer, son más conscientes de un traje de baño reducido”.
Otras mencionan enfermedades de la piel o cicatrices que tapar.
Sin embargo, aún en expansión, los trajes de baño recatados siguen siendo un nicho marginal de mercado. Los dos piezas aún tienen el 68% de los 2.600 millones de dólares en ventas de estas prendas proyectadas para 2012, según estimaciones de la agencia especializada IBISWorld, citadas por la prensa.
Dos modelos presentan algunos de los trajes de baño de la colección de HydroChic. Los trajes de baño “recatados” se sacudieron la naftalina y vuelven a estar de moda en Estados Unidos, al menos para una clientela que los elige por motivos religiosos, por exceso de curvas o simplemente para evitar exponerse al sol.
AFP