Caminar por los escabrosos caminos de Lomas del Pedregal, con piedra caliza y tierra suelta sobre las pequeñas montañas para buscar las casas de cartón no fue una tarea fácil
Deportista de toda la vida, Miguel Ángel “Tito” Yerena Ruiz, candidato a Presidente Municipal por el PRD en Puerto Vallarta, lo mismo da, caminar varias horas al día, que echarse una cascarita de fútbol rápido con los vecinos de Mojoneras y de su imparable paso, por las casi 400 colonias de la ciudad.
Caminar por los escabrosos caminos de Lomas del Pedregal, con piedra caliza y tierra suelta sobre las pequeñas montañas para buscar las casas de cartón, no fue una tarea fácil, tanto para el candidato como los jóvenes de la avanzada, que le siguen la huella día tras día, siempre con los ánimos por delante, de todo un contingente que liderea José Antonio Briseño Rodríguez.
Por seccionales, unos por acá, otros por allá, el candidato aquí, el candidato allá, que no se raja de caminar a paso veloz, como si el tiempo le apurara a conseguir votos y más votos.
Le solicitan caminos bien trazados, agua indispensable en las casas, el drenaje necesario y el empleo, entre otras peticiones, con las casas hechas de cartón y lámina -la mayoría-, ahí en donde el viento se retacha hacia la bahía, en donde la leña todavía se usa, el contingente de aproximadamente 80 entre jóvenes y adultos caminan, avanzan, corren al ritmo del candidato que parece no hacer mella en su extraordinaria condición física.
Ex futbolista profesional con el Toluca en sus años mozos, jugó codo a codo con el “Oso” Salazar, y Javier el “Chicharito” Hernández (papá), de ahí que su proyecto y su apuesta sea hacia el deporte
en primer lugar, hacia los niños, a un estadio para diez mi niños, de ahí la inquietud, de ahí la hazaña portentosa de levantar dudas y quebrantos a un ideal, una ilusión…un sueño.
Termina el día: once… doce de la noche, checar pendientes, hacer llamadas, organizar la agenda; una de la mañana a la cama, pijama de futbolista para no perder el pasado, por fin a la cama, pensamientos aquí, pensamientos allá, la almohada parece enloquecer pues no toma quietud hasta que “Chiris” (su esposa) escucha el ronquido sublime, pero alentador… a las dos de la madrugada, entonces se empieza a formar la paz del día.
Briseño, Víctor, Edwin, Caro, Joel, Miros, Miguel Ángel, Pacheco, Ulloa, Pancho, la maestra, Valero
y Ale entre otros, con los zapatos empolvados, las frentes sudorosas, el proyecto en mano y los ánimos relajados, enfilan hacia sus casas después de una agotadora jornada de un voto bien ganado a pulso, trabajado y levantarse a las 6 de la mañana para empreder la luz…de un nuevo y glorioso día.