Yahoo echó al director general Scott Thompson porque su biografía oficial incluía un título universitario que nunca recibió, pero la empresa aún tiene problemas de credibilidad.
El próximo reto de la empresa será convencer a sus accionistas descontentos y a sus empleados desmoralizados de que no se desperdiciarán los esfuerzos que emprendió Thompson para reanimar a la compañía durante los cuatro meses tumultuosos en los que estuvo a su cargo.
No será una tarea fácil.
Yahoo Inc. ha echado ya a cuatro directores generales en cinco años, un periodo marcado por promesas rotas de que vendrán tiempos mejores. Los ingresos de Yahoo y el valor de sus acciones han caído mientras rivales como Google Inc. y Facebook Inc. crecen, a medida que hay más publicidad ingresando al mundo en línea.
“Yahoo lleva años tropezando y parece que va a tener al menos varios meses más de falta de dirección ahora que llega otro director general”, dijo Adam Hanft, que opera una firma consultora especializada en reputación de marca y manejo de crisis.
Ahora Yahoo tiene puestas sus esperanzas en Ross Levinsohn como director general interino.
Levinsohn, de 48 años, tuvo éxito manejando servicios de internet dentro del imperio de medios de comunicación del magnate Rupert Murdoch en News Corp. antes que Carol Bartz, una de los ex directores generales de Yahoo, lo contratara en noviembre de 2010 para que le ayudara en su intento, en su mayoría infructuoso, de enderezar la compañía.
Thompson —de 54 años y contratado en enero como director general de Yahoo para llenar el vacío creado por el despido de Bartz— promovió a Levinsohn el mes pasado para que supervisara los servicios de medios de comunicación y publicidad de la empresa en todo el mundo.
“Esto podría parecer como una noticia demasiado grande como para digerirla, pero como todos ustedes están profundamente conscientes, Yahoo es una compañía dinámica y global en una industria dinámica y global, así que el cambio —en ocasiones inesperado y a veces a la velocidad del relámpago— es algo con lo que continuaremos viviendo y algo que deberíamos aceptar”, dijo Levinsohn a los empleados el domingo en un memorándum, del que The Associated Press obtuvo una copia.
Levinsohn tenía previsto hablar el lunes por la tarde en una reunión con toda la compañía.
“Todo se resume a que la situación en Yahoo es un desastre”, escribió Ben Schachter, analista de Macquarie Securities, en una nota de investigación difundida el lunes. “Sigue sin estar claro qué hará la nueva administración para revertir las cosas en Yahoo.com y qué tan rápido puede formularse una nueva estrategia más”.
Yahoo intentó facilitar ligeramente la labor de Levinsohn al alcanzar una tregua con el accionista disidente Daniel Loeb, un administrador de un fondo de alto riesgo que expuso la información imprecisa en la biografía de Thompson y dejó en claro que seguiría dándole estocadas en público a la compañía a menos que le dieran oportunidad de desarrollar una estrategia para hacerla repuntar.
Para aplacar a Loeb, Yahoo está reorganizando su junta directiva, que lleva meses en estado de cambio continuo.
La empresa no le pagará a Thompson un paquete de finiquito, de acuerdo con un documento presentado el lunes. El contrato que firmó en enero le daba derecho al finiquito si era despedido “sin motivo”.
AP