El funeral de un mesero de 28 años en el sur de Egipto, se volvió una celebración cuando despertó el joven, cuya muerte había sido confirmada por un hospital.
Hamdi Hafez al-Nubi, residente de la villa de Naga al-Simman en la sureña provincia de Luxor, Egispto, fue declarado muerto tras sufrir un infarto cardiaco mientras trabajaba.
Su familia dijo que los parientes acongojados lo llevaron a su casa y, conforme con la tradición islámica, lavaron su cuerpo y lo prepararon para su funeral la noche del viernes 11 de mayo.
Una doctora enviada para firmar el certificado de defunción, encontró extraño que el cadáver estaba tibio. Al realizar una revisión más profunda descubrió que el joven aún estaba vivo.
Su madre se desmayó al escuchar la buena noticia.
Con la ayuda de la doctora, tanto al-Nubi como su madre, fueron despertados y pronto estaban celebrando con los asistentes al funeral.
Agencias