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Réquiem a los bravos

miércoles, 2 de noviembre del 2011

Por: Gerardo Sandoval

Acorralado por los pocos amigos leales a Javier Bravo, que le exigían cuentas por reunirse con Juan Pablo García Castillón, Angel Cruz le reviró a Claudia Gómez Verónica Gómez le dio respuesta puntual: así como tu vas a reuniones y andas apoyando a Ramón Chávez sin pedir permiso.

La hija de Demetrio Gómez “el chavalón”  respondió con “eso no es político”. Los presentes, ex amigos y amigos todavía del ex alcalde se atacaron de la risa.

El cónclave de bravos y ex bravos se desarrolló en el restaurante El Mero, uno de los pocos espacios públicos en los que Javier Bravo Carbajal aun se siente como pez en el agua.

Por un lado estaban sentados los fieles de Bravo. Sus hermanos Cristián, Iván y la regidora Aleyda, además de dos asistentes de la última; la tía de Javier, Aurora Ureña Arreola, que a casi dos años se dejar la tesorería, el personal de esa dependencia no borra sus malos recuerdos. También Alberto “el púas” Noriega, la ex regidora Claudia Verónica Gómez Quintero, Alfredo Velázquez, ex administrador del rastro y director de Servicios Públicos Municipales en los últimos meses del trienio bravo, y Augusto Alcaraz. En la misma mesa redonda también tuvieron espacio otros cinco desconocidos, nuevos amigos de Bravo. A uno de ellos, el ex alcalde le brindaba finas atenciones. Resultó ser Guillermo Cárdenas Pimienta, pariente inclusive del alcalde Salvador González Pimienta.

Por separado llegó el otro grupo, identificados como los ex amigos de Javier Bravo, mas allegados ahora con el regidor y legítimo dirigente de la CNOP, Juan Pablo García Castillón. Podemos citar a la ex secretaria particular de Bravo, Marta Gómez, Angel Salcedo,  Angel Cruz, Fernando del Vilar, Karina Isiwata, Carmen Parra, Antonia Dueñas, Héctor Fuentes,  Sony Bernal, Leo Silvestre, Javier Santoyo, Javier Dueñas y Gerardo Gutiérrez.

Ni es necesario debatir si los de esta última lista, son amigos o ex amigos de Bravo. Todos se distanciaron en las postrimerías de la era brava. Aun así, hubo saludos abrazos y apapachos. Como en los viejos tiempo diría el anfitrión. Se diferenciaron porque los primeros llegaron en grupo y los segundos, abrieron la puerta y entraron a tropel. Acordaron previamente reunirse en las afueras del establecimiento, esperar a los que llegaron tarde, y de ahí, entrar en bola.

Lo narrado hasta aquí son los primeros destellos de un encuentro pactado para dirimir diferencias y hacer las aclaraciones prudentes. Los bravos ya habían entrado en disputados por el control del Sector Popular. Por separado, ambos bandos sostuvieron previas reuniones.  El encuentro terminaría como nadie pensó. Se proponían construir la reconciliación pero terminaron como perros y gastos. El final no pudo ser peor, casi casi un accidente político. El bando de Juan Pablo se levantó atropelladamente de la mesa y abandonó el lugar dejando solo a los leales de Bravo.

El encuentro se pactó inicialmente para verse las caras, los hermanos Javier e Iván Bravo con Emigdio Hurtado Rolón, quien fuera secretario general del ayuntamiento con Bravo, Angel Salcedo, Fernando Pérez del Villar y Juan Pablo García. Ante los reclamos de los primeros, los segundos acudirían para hacerles las aclaraciones del por qué y quiénes se habían reunido otras veces. Emigdio Hurtado decidió no acudir por razones ya expuestas en repetidas veces en este espacio. Esperó al grupo en otro restaurante, que al abandonar a Bravo, acudieron a él para intercambiar opiniones.

La reunión se pactó a las 19:30 horas. Pero en el transcurso del día ocurrieron alguna detallitos. Iván Bravo les habló personalmente a varios ex bravos y eso calentó el ambiente. El delegado municipal de El Pitillal pensó que los ex amigos de su hermano no acudirían a la reunión y quería confirmar personalmente que no los dejaran como a las novias de los rancho, vestidas abandonadas.

Al llegar se notó que Javier Bravo había preparado una emboscada contra el bloque de sus ex amigos. Había demasiados vehículos estacionados frente al restaurante. Ya podían saber que con Bravo  los esperaban sus incondicionales, “el púas”, la hija del chavalón”, los hermanos de Javier y su tía la ex tesorería. Al bloque de Bravo se le sumó Augusto Alcaraz, (que ha confiado a sus amigos que a Bravo le debe hasta la vida por la ayuda dada en tiempos de grave enfermedad) además de los cinco chiquillos desconocidos, donde destaca el último reclutamiento de Bravo, el ixtapense del clan de los Pimienta, del que algunos dijeron tratarse no de un reclutado, sino de un conquistado.

Azuzados por el dúo Héctor Teto” Ramírez y Gerardo Gutiérrez, que hicieron punta, Juan Pablo se armó de valor y enfiló a la mesa redonda de Bravo.

Empieza la reunión. Javier Bravo, mientras hace que hurga en su computadora, le cede la batita a su hermano “Iván “el tigre”. Lo primero fue preguntar al bando del regidor García Castillón qué harán con el Sector Popular. De inmediato lanzó el primer fuego al recriminar de las reuniones “sin informarme”. La respuesta fue en cascada. “Por qué tenemos que pedir permiso para reunirnos los amigos” le cuestionaron al “tigre”. Le dejaron en claro que ni como grupo político es obligación informarle ni pedirle permiso. “Pues quién eres tu para cuestionarnos de las reuniones”, le diría otro de los presentes. Los que abrieron fuego contra los Bravos fueron Fernando Pérez del Villar, Angel Cruz y Héctor Fuentes. Carmen Parra solo le dijo que ni como grupo político, mucho menos del Sector pediría permiso para hacer política; “eso, un dirigente no debe de cuestionar” remató.

Sin embargo, la ex jefa del taller municipal, que en un arranque de impotencia por los excesos de Bravo y su tía Aurora renunció al cargo, hizo un comentario citando el nombre de Javier. Tal, calentó al ex alcalde que de inmediato hizo alardes de su bravura: “No pensaba hablar que por alusión personal voy a hablar, las circunstancias me obligan”. Y abrió fuego. De lo sustancial, dijo no parecerle correcto la manera de conducirse. Claudia Gómez Verónica lo secunda. acusaron personalmente a Juan Pablo García de usar la CNOP para convocarlos y reunir y dividir al grupo, que todo hacían por instrucciones delos que no quieren a Javier. Luego, entró a la escena el regidor García Castillón y en defensa personal los retó a probar sus afirmaciones. Pero les soltó un “si les molesta que me reúna con ellos, es su problema”.

En algún momento, Javier Bravo les soltó que todos fueron lo que fueron en su gobierno gracias a él, por obra y gracia suya. La desfachatez no gustó al regidor que le recordó a Bravo las muchas veces que fue por él para sacarlo de la escuela donde impartía clases para ayudarlo en la campaña. Prefguntò también cuántas veces él había hecho coperacha para pagar gastos en tiempos de precampañas, mucho antes de que Bravo fuera siquiera diputado. “Se te olvida lo que nosotros sacrificamos. Eso es ser mal agradecido” le restregó. Bravo agachó la cabeza.

Ahí, Angel Cruz y Carmen Parra, también y Héctor “el teto” Ramírez intervinieron para aclarar que jamás se ha usado a la CNOP y que nunca se había dicho que el grupo pretendía tumbar a los bravos. Dijeron que en las charlas, el dirigente siempre empezaba las reuniones diciéndoles que lo del sector se resolvería en otras instancias y que se trataba de exhortarlos a trabajar sin importar las siglas, solo el PRI.

Pero los bravos siguieron con la cargada. Insisten en el supuesto interés de García Castillón de querer dividir al grupo. “En calidad de qué convocas a esas reuniones. Por qué a escondidas? . La respuesta también es puntual: “yo no tengo que pedirle permiso a nadie. Así como Claudia hace sus reuniones sin avisarme y así como Javier cambió consejeros sin avisarme, así lo estaba haciendo yo”.

Javier Bravo se quedó mudo. No pudo revirar el señalamiento de Bravo. Aceptó que destituyó consejeros municipales del Sector Popular para meter a su gente. En algún momento, solo balbuceó diciendo un, “me equivoqué en no avisarte… pero tengo mis argumentos”.

Agotados los argumentos, los hermanos Bravos y sus aliados, lanzan sus baterías contra Angel Cruz. Le cuestionaron por qué acude a las reuniones  con Juan Pablo, que qué estaba pasando. Contestó diciéndole sus verdades a quienes lo señalaban, sobre todo a Claudia Verónica Gómez. Ella se desdibujó al no saber argumentar el señalamiento de apoyar el proyecto de Ramón Chávez. Javier Bravo evadió entrar en ese tema.

A esa altura en la mesa estaban rudos y técnicos, malos y buenos.  Iván “el tigre” explota y empieza a decirles a uno por uno el descontón del “solo dime si estas con Pablo o conmigo”. Ahí la reunió se acabó y murieron los restos del grupo de los bravos.

 

Revolcadero

 

Y para rematar este tema, añadir que del restaurante El Mero, los ex amigos de Javier Braco se dirigieron al estilo bufalada, al restaurante Vips. Ahí los esperaba Emigdio Hurtado Rolón, Héctor Ramírez Betancourt y Lucio Meza. Festinaron los corajes de los hermanos Bravo. Intercambiaron opiniones finales y refrendaron el compromiso de mantenerse como grupo de amigos, trabajar y buscar espacios en el partido. Concluyeron que la amistad no se condiciona como exige el ex alcalde. Reprobaron también que Javier Bravo los quiera tratar como sus empleados y que les diga que todo se lo deben a él. ***** Con Javier Bravo y hermanos se quedaron los mismos, la tía Aurora, Augusto Alcaraz, Claudia Verónica Gómez, Alfredo Velázquez  y los cinco chamaquillos. Ellos juegan por su lado.

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