Leticia Arana
Con todo y que Puerto Vallarta, es el destino más importante y creciente del Occidente del país, pues ofrece, a lo largo de la franja marina, atributos de alto nivel, gastronomía, oferta hotelera y confort, su zona oriente, concentra a poco más de la mitad de la población, mayoritariamente empleada del sector turístico, carente aún de servicios como calles funcionales, agua potable, internet, escuelas, y atención en salud, afirma, María Amparo del Carmen Venegas, profesora del Departamento de Estudios Regionales de la UdeG:
“…Esa línea esta presente en las colonias de la zona Oriente del Puerto, que a diferencia de los desarrollo hoteleros, la opulencia hace contraste con las zonas segregadas; estas zonas están cerca de las laderas de los cerros, en terrenos ejidales o sin permisos, son irregulares, donde la gente encontró un lugar par vivir y al mismo tiempo, estar cerca de su empleo, y todo ello derivado de la falta de planeación, de organización de las ciudades y la corrupción de los gobiernos, es decir la relación entre la corrupción, la forma en cómo se gobierna y la construcción de políticas públicas, nos lleva a este tipo de segregaciones, que es un patrón notorio en las zonas turísticas de México…”
Precisa que de desde hace cinco años, cuando se contabilizaban 277 mil 440 vallartenses, alrededor de 51.03 por ciento, o, 141 mil 566 de ellas, habitaban zonas marginales y en condiciones de desigualdad, respecto a residentes próximos al centro del destino que incluye la zona romántica, empresarial, comercial, sede gubernamental y desarrollos inmobiliarios de nivel medio a alto, con acceso al impulso urbano y amenidades.
Añade que esta situación impacta la calidad de vida de residentes locales desde hace generaciones, y quienes migran a este destino de playa para ganarse la vida, aun careciendo de lo básico.
Enfatiza que resulta incongruente, exista bonanza o auge turístico en Puerto Vallarta, cuando impera la desigualdad social, de ahí la necesidad de reducir la segregación socioespacial, equilibrando las oportunidades que brinda el turismo, mediante el empleo, propinas y los pagos en dólares, de vacacionistas extranjeros.