Leticia Arana
El reciente rechazo del Congreso Estatal, a incorporar las infancias transgénero, en la Ley Estatal de Jalisco, es una violación a los derechos humanos, pues inhibe el libre desarrollo de su personalidad, o limita toda aspiración a una vida digna y plena, considera, Christian Israel Huerta Solano, coordinador del doctorado en Psicología, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, de UdeG:
“…Las infancias son conscientes de su identidad desde que tiene un aparato simbólico, en este caso, “el habla”, es decir, a los dos o tres años de edad, por lo tanto, en las infancias trans, es común que ellos comiencen a identificarse como tales, desde los primeros años de su vida. La
personalidad son rasgos que nos identifican y nos hace desarrollarnos en una sociedad.
En las personas trans, debemos detenernos a reflexionar, acerca de que su identidad, que es sobre el género y como lo manifiestan. Esta identidad, lo permiten tres elementos: lo afectivo, lo simbólico, que tiene que ver con elementos sociales y lo racional, que tiene que ver con mi relación con la persona y su entorno. El que los diputados se declararan en contra de las infancias trans, es una violación a sus derechos, sin lugar a dudas…”
Subraya que en 2019, la Organización Mundial de la Salud, OMS, eliminó como patología la transexualidad, lo que habla de un tangible beneficio para quienes pertenecen a este segmento de población, por tanto quedarían atrás los tabúes y prejuicios alrededor de las personas trans, ya sea adultos como menores de edad.
Cabe destacar que los legisladores de Jalisco, aprobaron por mayoría, no contemplar las infancias trans, al argumentar que por ser menores de edad, y estar bajo la tutela o dependencia familiar, carecen de criterio suficiente para determinar un curso de vida definitivo, sino hasta que cumplan mayoría de edad, es decir, a partir de los 18 años.
Remarca que de acuerdo con estadísticas, en México, 1.2 por ciento de personas se identifican como personas trans, apoyados mayormente por madres, hermanas, abuelas; también que el promedio de vida de estas que no fueron acompañadas en su transición desde la niñez, es de aproximadamente 35 años de edad, ante las tendencias suicidas, desánimo por la vida, depresión e irritabilidad.