Sumar un ultrasonido a las mamografías anuales en las mujeres con mayor riesgo que el promedio de desarrollar cáncer de pecho ayuda a detectar tumores en estadios más iniciales, pero también aumenta las posibilidades de que se hagan biopsias innecesarias a pacientes saludables, según revela un estudio estadounidense.
Para la mayoría de las mujeres que entran dentro de la categoría de “riesgo intermedio”, incluidas aquellas con mayor densidad mamaria o antecedentes familiares de cáncer de pecho, la posibilidad extra de falsos positivos y de necesitar más pruebas probablemente vale la pena, dijo la autora del estudio, Wendie Berg, del Hospital de Mujeres Magee en Pittsburgh.
Esto se debe a que, por ejemplo, las mamografías no funcionarían tan bien en aquellas mujeres con mayor densidad mamaria.
Las recomendaciones de las entidades oncológicas y radiológicas instan a las mujeres en riesgo de desarrollar cáncer, incluidas aquellas con las mutaciones genéticas BRCA1 y BRCA2, a realizarse una resonancia magnética (IRM) además de la mamografía anual.
En el estudio participaron dos mil 700 mujeres controladas en 21 lugares diferentes. Más de la mitad de esas pacientes tenían antecedentes propios de cáncer de pecho, también clasificado como riesgo intermedio.
Anualmente durante tres años, las mujeres se realizaron tanto una mamografía como un ultrasonido en busca de signos de cáncer. Finalmente, los investigadores ofrecieron a las participantes una IRM como último control.
Durante el período de estudio, hubo 111 casos nuevos de cáncer de mama, 59 de los cuales fueron detectados durante mamografías. Otros 32 tumores que no aparecieron en las mamografías fueron hallados con el ultrasonido, de los cuales 30 eran cánceres invasivos.
De 612 mujeres que optaron por una IRM, surgieron nueve cánceres más que no habían aparecido en otras pruebas de control. Once tumores fueron diagnosticados en algún momento del estudio a través de otras vías fuera de los controles.
Para las mujeres con riesgo normal de desarrollar cáncer de pecho, el grupo estadounidense U.S. Preventive Services Task Force señala que la evidencia respalda la realización solo de controles mamográficos, cada dos años, entre los 50 y los 74 años.
Reuters