Leticia Arana
El aumento de niñas, niños y adolescentes, de entre cinco y 17 años de edad, que laboran en el medio urbano y al interior de algunas empresas informales, producto de la pobreza, desigualdad y violencia, sigue como reto en Estados como Guerrero, Hidalgo y Jalisco, que exhiben los mayores índices del llamado trabajo infantil, sostienen la Red por los Derechos de la Infancia REDIM, y el Colectivo Pro Derechos de la Niñez, CODENI.
A propósito de conmemorar, este 12 junio, el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, precisan que, de acuerdo con cifras del INEGI, en la Entidad Jalisciense, casi dos millones de infantes y adolescentes, realizan determinada actividad para obtener alguna remuneración, y de estos, alrededor del 16 por ciento, lo hace en contextos no permitidos, peligrosos o inadecuados. Gran parte de esta población trabajadora, se ve en zona metropolitana de Guadalajara, Puerto Vallarta, Lagos de Moreno y Ciudad Guzmán, donde uno de cada cinco, dice desempeñarlo, para subsistir a las necesidades económicas de sus familias.
De ahí la necesidad de urgir políticas públicas no criminalizantes, dignificar a las infancias trabajadoras, garantizando sus derechos, proteger su vulnerabilidad, combatir las causas que los llevan a ello, fortalecer la educación de calidad y protección social, para erradicar este fenómeno, así como la explotación y abuso, a los que están expuestos.