El presidente de EE.UU., Barack Obama, dedicará abril a Latinoamérica, ya que prevé recibir en la Casa Blanca a sus homólogos de Brasil y México, y viajar a mediados de mes a Colombia para participar en la Cumbre de las Américas.
Este mismo lunes Obama se reunirá con el mandatario mexicano, Felipe Calderón, en el marco de la cumbre entre los líderes de los países miembros del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), en la que también participará el primer ministro canadiense, Stephen Harper.
La cumbre entre los tres países del TLCAN se iba a celebrar en noviembre pasado en Honolulu (EE.UU.), pero fue aplazada ante la ausencia de Calderón, que canceló su viaje tras la muerte en un accidente aéreo de su ministro de Gobernación, Francisco Blake.
En Washington Obama, Calderón y Harper hablarán este lunes de crecimiento económico, energía y seguridad ciudadana, según la Casa Blanca.
Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2009 Obama ha mantenido cinco reuniones bilaterales con Calderón -la última en Washington en marzo de 2011-, lo que refleja la importancia que EE.UU. concede a la relación con México, marcada por la lucha contra el narcotráfico y la inmigración.
El 9 de abril, una semana después de la cumbre con Calderón y Harper, Obama volverá a hacer de anfitrión, esta vez con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
Para Rousseff, que recibió a Obama en Brasil en marzo de 2011, será su primera visita oficial a EE.UU. como presidenta y estará enfocada en comercio, energía y negocios, según han adelantado ambos Gobiernos.
La situación en Siria y cómo Brasil podría contribuir a reforzar la presión internacional sobre el régimen del presidente Bachar Al Asad puede ser otro de los temas que aborden Obama y Rousseff, según indicó recientemente el subsecretario de Asuntos Públicos del Departamento de Estado de EE.UU., Mike Hammer.
Según la Casa Blanca, Brasil y EE.UU. también quieren aprovechar la ocasión para promover la integración regional en vísperas de la VI Cumbre de las Américas, que se celebrará en Cartagena de Indias (Colombia) el 14 y 15 de abril.
Será la segunda cumbre continental a la que asista Obama después de la que tuvo lugar en Trinidad y Tobago en 2009, y su objetivo es expandir la relación comercial con el continente, así como aumentar la colaboración energética y en materia de seguridad.
Obama tendrá que lidiar en Cartagena con el debate sobre la presencia de Cuba en las próximas Cumbres de las Américas, después de que no se llegara a un consenso para invitar a ese país a la que va a acoger Colombia.
El único Gobierno que ha manifestado abiertamente su rechazo a invitar a Cuba a Cartagena es Estados Unidos, que considera que ese país caribeño no cumple con el requisito democrático que los participantes en las Cumbres de las Américas establecieron en 2001.
Al término de la cumbre, Obama se reunirá con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, para tratar “una amplia gama de asuntos bilaterales, regionales y globales”, de acuerdo con la Casa Blanca.
Ambos quieren revisar los avances en torno al plan de acción adoptado por Colombia para poder poner en marcha el Tratado de Libre Comercio (TLC) bilateral, firmado en 2006 y aprobado por el Congreso de EE.UU. en octubre pasado.
Tanto las visitas a Washington de Calderón y Rousseff como el viaje a Colombia pueden servir de espaldarazo a Obama para seguir contando con el apoyo de la comunidad latina en EE.UU. de cara a las elecciones presidenciales del 6 de noviembre.
Los sondeos muestran que los hispanos continúan prefiriendo a Obama frente a cualquiera de los aspirantes presidenciales republicanos, pese a que el mandatario no ha cumplido la promesa que hizo en la campaña electoral de 2008 de llevar a cabo una reforma migratoria.
Tampoco la “renovada relación” con América Latina que Obama prometió en Trinidad y Tobago en 2009 se ha concretado ni ha dado frutos, según algunos analistas.
La región fue la gran olvidada del discurso sobre el Estado de la Unión que pronunció Obama ante el Congreso en enero pasado.
EFE