Leticia Arana
Está comprobado que espiar u observar dolosamente a personas, tiene alta motivación de daño y se convierte en un riesgo potencial para las víctimas, por ello, es necesario que en Jalisco se reforme el Código Penal, para que el acecho, sea tipificado como delito y amerite se sancione, con hasta dos años de prisión, a quien realice tal conducta, afirma diputada promotora de esta iniciativa, Gabriel Cárdenas Rodríguez:
“… Esto, si decirlo con todas sus letras, no es una conducta normal o una conducta inofensiva ni algo, para poderlo tomar a la ligera, el acecho puede venir de algún ex novio, de alguna novia, de alguna vecina, o vecino, o de alguien que nos llama a nuestro celular sin cesar, hasta de algún desconocido que nos persigue continuamente en la calle y a veces hasta nos toma fotografías. Esta acción, durante mucho tiempo o tiempo prolongado, ya sea de forma personal o mediante mensajes en las redes sociales, que también es muy común y hay que decirlo con todas sus letras, esto es el acecho; cualquier contacto o intento de contacto que nos realiza otra persona, sin nuestro consentimiento y nos hace sentir temor , angustia, nos hace sentir una amenaza, nos hace sentir ataque y esto puede repercutir en nuestra salud mental, en nuestra salud física, en nuestra integridad y en nuestra vida cotidiana, porque nos hace cambiar de alguna manera, la forma en que nosotros habitamos la ciudad y la forma en la que vivimos diariamente nuestra cotidianidad…”
Afirma que desafortunadamente también esta acción, está vinculada a flagelos como la trata de personas, homicidios, feminicidios y desaparición de personas, algo que ha ido aumentando recientemente, de ahí la necesidad de concientizar a las nuevas generaciones sobre el peligro del acecho tanto para mujeres como hombres, toda vez que deja secuelas psicológicas profundas o importantes en quienes lo padecen. Precisa que, de acuerdo con estudios sobre este comportamiento en Estados Unidos, una de cada tres femeninas y uno de cada seis varones, han sido víctimas de acecho en algún momento de su vida. Por otro lado, destaca el alto índice de depresión, ansiedad, insomnio, y disfunción social que provoca sentirse sobre vigilad@, pues los victimarios, suelen estar obsesionados con su objetivo, para atacarlo o controlarlo.