La fina lluvia que se desprende de las caídas de agua se congeló de inmediato sobre todo lo que toca, tiñendo árboles, sendas peatonales, acantilados y miradores de un blanco radiante. La recompensa para los visitantes que consiguen hacer frente a las gélidas temperaturas son las fotografías y selfies en un paraíso invernal.
“Es espectacular. Aunque haga frío, es una atracción durante todo el año”, dijo Paul Tabaczynski, natural de Buffalo y residente en Texas, durante una visita el martes.
Aunque todo alrededor a su alrededor está helado, el agua sigue fluyendo y creando una fina llovizna en las tres cascadas que conforman la turística frontera natural entre Estados Unidos y Canadá. El viento del oeste suele soplar hacia el lado estadounidense, explicó el meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional Steven Welch, donde la humedad viste cada centímetro del paisaje de blanco.
“¡No siento los pies!”, dijo Keila Cruz, de 12 años, a su padre, Jonathan, mientras ella y una docena de familiares entraban al centro de visitantes del parque nacional durante un viaje desde Deltona, en Florida.
“Todavía no hemos salido”, señaló Jonathan Cruz. La familia había caminado apenas 200 metros (yardas) desde un estacionamiento cercano, pero con temperaturas bajo cero y rachas de viento de cerca de 65 kilómetros por hora (40 millas por hora), el grupo necesitó entrar en calor antes de aventurarse hacia las cascadas.
“Estamos intentando calentarnos los pies porque estamos helados”, apuntó Jonathan Cruz.
La ola de frío que recorre desde el sur de Texas a Canadá y de Montana a Nueva Inglaterra generó escenas surrealistas en buena parte del país. Dejó fuentes congeladas en Texarkana, Arkansas, en el Parque Bryant de la ciudad de Nueva York e incluso en Savannah, Georgia, donde la temperatura máxima media en enero es de 16 grados (60 Fahrenheit) pero el termómetro marcaba un grado negativo (30 F) el martes.
Trozos de hielo flotaban en el Río Mississippi y las olas del Lago Michigan formaron “bolas de hielo”. Hasta el lunes, el 19,7% de los Grandes Lagos estaban cubiertos de hielo, según Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.