Redacción.-
La Unidad Regional de Rehabilitación, es un proyecto hecho realidad impulsado por la presidenta del Sistema DIF, Candelaria Tovar de Dávalos, que contó con el apoyo de personas de gran corazón como la arquitecta Karen Malacara Bustamante, quien desde el principio se sumó y confió en la institución para realizar esta obra que beneficia a cientos de vallartenses.
Casada con Fernando Castro, madre de cuatro pequeños, entre ellos su hija menor Andrea, de apenas un año de edad, quien presenta Síndrome de Down, fue apenas en agosto de 2016 cuando su familia se enteró del padecimiento de la menor y se dieron a la tarea de encontrar los espacios que había en Puerto Vallarta para poder darle a su pequeña la mejor atención.
“Cuando nos encontramos con esta bendición de que la presidenta Cande, junto con gente del Ayuntamiento, estuvieran tan interesados en poder hacer la Unidad Regional de Rehabilitación en Vallarta, dijimos tenemos que participar, tenemos que apoyar, tenemos que lograrlo y se juntaron todos los factores para hacerlo posible.
Por eso creemos totalmente en el DIF, estoy feliz y encantada y espero esto no sea una relación a corto plazo, sino que más gente entienda la importancia de que un granito de arena, por más pequeño que sea, hace la montaña”, expresó Karen.
Recordó que cuando le dieron el diagnostico de su pequeña Andrea, Trisomía 21, se generó un impacto en su familia y comenzaron a cuestionarse las cosas que tenían que hacer, de los cambios que podían presentarse, de los ejercicios que su hija requería, sí había lugares en Vallarta o deberían salir de la ciudad.
“Fue así como empecé a ver en Vallarta dónde había centros especiales de atención para situaciones o casos con las características genéticas como la de mi pequeña y muchas otras circunstancias que viven las familias en la ciudad, y fue donde me di cuenta que no había un centro con instalaciones adecuadas o dignas para el público.
De ahí viene todo esto de poder apoyar a la comunidad y lo que el día de hoy está haciendo la presidenta Candelaria para que las personas, sobre todo las que no tienen recursos económicos para poder ir con especialistas fuera de la ciudad,
puedan tener este tipo de lugares tan bonitos y con tan buena intención, que les ayude en su rehabilitación”, mencionó.
Constatando el interés, la supervisión, la intención, y sobre todo el amor que Karen puso en la Unidad Regional de Rehabilitación, al buscar siempre el cómo sí se podía lograr hacer las cosas, fue cuando la primera dama Candelaria Tovar de Dávalos, decidió darle una sorpresa y un gran regalo al ponerle el nombre de Andrea a la URR, recordando que los sueños pueden hacerse realidad porque siempre hay personas de gran corazón que están dispuestas a ayudar.