Carolina Gómez Aguiñaga
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Durante el segundo día del primer juicio oral en Puerto Vallarta, salieron a relucir deficiencias en la capacitación de los policías municipales en cuanto al nuevo sistema de justicia. No obstante existen pruebas científicas que posicionan al acusado en el lugar de los hechos, así como los testimonios de testigos que lo vieron salir corriendo del domicilio que allanó. Hoy el tribunal de enjuiciamiento dará su fallo en este caso de intento de violación y robo calificado.
El primer testigo del segundo día de juicio fue el policía municipal de nombre Andrés , quien junto a su compañero Mariano, fueron los dos elementos que atendieron el reporte a bordo de la patrullan PV-226. Cabe destacar que Mariano no brindó su declaración al ser el uniformado que sufrió graves lesiones hace un par de meses en la patrulla que transportaba pasteles para una fiesta privada.
El policía Andrés comentó que arribó al fraccionamiento Campo Verde la madrugada del 31 de enero, donde observó a varias personas reunidas en torno a la víctima, Claudia “N”, “estaba toda golpeada de su cara”. Le leyó sus derechos y vio sus hematomas en el ojo derecho, frente, sien, la sangre que le corría por la cara, los aruños en el cuello, los moretones en los brazos, piernas, pantorrillas, las uñas desprendidas.
En compañía de Claudia “N” los elementos entraron a inspeccionar la casa. Ahí vieron gotas de sangre en varias partes del domicilio, una uña de acrílico pegada a una natural en la recámara, pedazos de un frasco de vidrio, más de un vaso de licuadora, plantas y macetas tiradas en el patio. Por consiguiente, prosiguieron a recabar los indicios y tomar las fotografías de la evidencia con su celular personal.
Terminada la declaración conducida por la Fiscal Gisela Gutiérrez Aspeitia, el defensor de oficio Bruno Gilberto Peña realizó el contrainterrogatorio al policía, en donde tras una y otra pregunta, Andrés confesó que no había asegurado el lugar de los hechos y que solo había recibido 15 días de capacitación sobre el nuevo sistema de justicia penal.
Posteriormente tocó el turno de una de las vecinas de la víctima, de nombre María Elena, quien vivía en la casa contigua a Claudia “N”. “Entre sueños empecé a escuchar unos gritos – ¡auxilio, me van a violar, me van a matar! – Me desperté, corrí a agarrar mi teléfono, le hablé a la policía, como no sabía las cuatro calles de alrededor de la casa no querían mandar la patrulla. Fui por un comprobante de domicilio y volví a llamar, le di las calles, ya habían mandado la patrulla”.
Después de la llamada, María Elena escucha que querían abrir el cancel su vecina, la víctima, “y vi salir al joven David. Me dio miedo y cerré la puerta, pero la volví a abrir. Vi que se puso una camiseta blanca, le volví a marcar a la policía. Le gritaba a Claudia pero no me contestaba y pensé que estaba muerta”. Soy tu vecina – le volvió a gritar y fue cuando sale de su casa y le dijo – me quería violar –. Fue cuando María Elena le comentó “lo conozco, hace un mes intentó meterse a mi casa, lo reconocí perfectamente”.
Y es que de acuerdo a su testimonio, un mes antes de esa noche, María Elena también había hablado con la policía tras haber sorprendido a David “N” intentando introducirse a su casa por medio de un tragaluz.
También testificó Jesús, perito del laboratorio de genética del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, quien aseguró que de acuerdo a los dictámenes que realizó, los restos biológicos del pulgar derecho de la víctima coinciden con el ADN del acusado.
Tras agotarse los testigos, se continuó el proceso con los alegatos de clausura. La fiscal resumió en unos minutos las declaraciones que se escucharon durante los dos días, en las que dos vecinas señalaron a David verlo salir del domicilio de la víctima, vistiéndose, además de la prueba científica que comprueba que en el pulgar derecho de Claudia “N”, durante los arañazos que le hizo a su agresor, se quedó con restos de su ADN.
La defensa recalcó la falta de capacitación de los policías al no haber asegurado el lugar de los hechos y señalar que no hubo cadena de custodia, por lo que presumió que se contaminó la escena del delito y consigo las evidencias. Otro de sus alegatos fue el supuesto aleccionamiento de testigos, por lo que pidieron la liberación de David “N”.
Claudia “N” quiso decir unas últimas palabras al tribunal de enjuiciamiento “mi objetivo es buscar justicia por los delitos en mi contra” y manifestó que no se desistió porque no se trataba solo de ella, sino que “a nadie más se lo volviera a hacer”.
Esta noche será el fallo y se determinará si David “N” es culpable o inocente.