Los combates entre el Ejército del régimen sirio y militares desertores se reanudaron hoy en las afueras de Damasco, donde al menos 21 personas murieron, según los opositores Comités de Coordinación Local.
El grupo destacó que entre las víctimas de los enfrentamientos hay al menos cinco soldados disidentes del Ejército Libre Sirio (ELS) en la zona de Wadi Barada, que está siendo bombardeada de forma intensa.
Las fuerzas progubernamentales cercan ese barrio, donde hay francotiradores que disparan indiscriminadamente, denunciaron los Comités, que acusaron a las fuerzas del régimen de destruir viviendas en las áreas de Kafer al Zait, Ein al Jadra y Deir Muqabe.
Mientras, en Arbín, en la periferia de la capital, los efectivos progubernamentales disparan con armas automáticas y lanzan cohetes contra casas deshabitadas.
Además, al menos tres personas murieron en esa zona y en la cercana Muadamieh, según los Comités, que agregaron que los seguidores del régimen efectúan registros en casas desde primera hora de la mañana en el área de Dumair, también en los alrededores de Damasco, donde también ha habido un gran número de detenciones.
A las víctimas en las afueras de la capital se suman otros trece muertos por la represión en otros puntos del país como Homs (centro), donde perdieron la vida once personas; Deraa (sur), donde perecieron cuatro; Idleb (norte), con tres muertos, y Qameshli (noreste), donde se registró otro.
El “número dos” del ELS, Malik Kurdi, explicó a Efe que al menos 25 soldados y oficiales han desertado de las filas del Ejército sirio en la provincia de Idleb, mientras que la ofensiva de las tropas leales al régimen continúa en Idleb, Homs y los alrededores de Damasco.
Los Comités elevaron hoy a 7.100 el número de fallecidos en Siria desde el comienzo del levantamiento popular contra el régimen de Al Asad a mediados de marzo pasado.
De esos muertos, 461 eran menores de edad y 185 mujeres, destaca la organización, que subrayó, además, que 336 personas perecieron por las torturas sufridas en centros de detención.
El mayor número de víctimas se ha producido en la provincia de Homs, uno de los principales bastiones opositores, donde 2.454 personas perecieron, seguido de Hama (centro), donde hubo 1.015 fallecidos, e Idleb (norte), escenario de la muerte de 883 personas.
Según las últimas cifras de la ONU, proporcionadas a mediados de enero, al menos 5.400 personas han fallecido desde el inicio de las protestas, pero el propio organismo internacional ha decidido dejar de actualizar la cifra por carecer de medios para cuantificar la víctimas.