AP.-El procurador general de México confirmó el domingo que los resultados genéticos de restos calcinados corresponden a uno de los 43 estudiantes desaparecidos hace más de dos meses, lo cual robustece la teoría de que fueron asesinados y quemados por un grupo del narcotráfico, en un caso que ha generado una crisis política en el país.
El procurador Jesús Murillo Karam dijo que la Universidad de Innsbruck de Austria, a donde se llevaron 17 muestras de restos, entregó el 4 de diciembre resultados que concluyen que al menos uno corresponde al joven Alexander Mora Venancio, de 19 años y originario de la comunidad de El Pericón, en el estado sureño de Guerrero.
Mientras Murillo decía en la Ciudad de México que los restos coincidieron con el perfil genético de su padre Ezequiel Mora y sus hermanos Omar y Hugo, en la pequeña comunidad montañosa de El Pericón decenas de vecinos, amigos y compañeros llegaban hasta la casa de adobe de dos habitaciones de la familia de Alexander para dar sus condolencias.
“Su sueño era ser maestro”, dijo Mora, el padre de Alexander, con los ojos rojos de una noche sin dormir y quien recibía con un movimiento de cabeza las palabras de consuelo de las personas que llegaban hasta su casa.
“Quitaron el sueño de mi hijo”, agregó el hombre de 63 años, que el viernes estaba en la Normal Rural de Ayotzinapa cuando abogados que representan a las familias de los estudiantes lo llevaron a un cuarto donde los forenses argentinos que colaboran en la identificación le dieron la noticia.
Funcionarios federales y familiares de los estudiantes habían dicho desde el sábado que se había identificado a Alexander, aunque fue ahora que el procurador Murillo dijo la información de manera oficial.
“Se concluye que de acuerdo con los resultados… la muestra corresponde a Alexander Mora Venancio”, dijo el procurador, que no aceptó preguntas de la prensa.
El funcionario dijo que hasta ahora han sido detenidas 80 personas, 44 de ellos policías municipales, y que las investigaciones continúan.
Añadió que la identificación fortalece la teoría a partir de los testimonios de tres sicarios del grupo del narcotráfico Guerreros Unidos, que dijeron que los estudiantes fueron quemados en un basurero de la comunidad de Cocula y las cenizas las metieron en ocho bolsas, seis de las cuales fueron vaciadas al Río San Juan, cercano al lugar.
Recordó que los tres sicarios dijeron que luego de 13 o 14 horas de haberlos quemado les ordenaron recoger la ceniza y triturar los huesos que quedaban.
Murillo dijo que marinos encontraron una de las dos bolsas lanzadas al río, que contenía cenizas y elementos óseos, además de restos metálicos de neumáticos encontrados en el basurero donde supuestamente fueron quemados.
Parientes y compañeros de los jóvenes en la Normal Rural de Ayotzinapa dijeron el sábado que los expertos habían confirmado la identidad del estudiante Alexander Mora, un joven campesino al que sus compañeros apodaban “La Roca” por su determinación.
“Era un compañero fuerte, muy perseverante en lo que se proponía”, explicó el líder estudiantil Omar García. “Es una pérdida muy grande”.
Las familias fueron informadas el viernes por la noche por un equipo de expertos forenses argentinos que trabajan en nombre de los familiares y con la oficina del procurador general, dijeron familiares. Los padres de Mora estuvieron acompañados el sábado por miembros de la comunidad escolar en El Pericón.
“No sé si eran dos huesos, un huesito, quién sabe”, dijo Mora el domingo. Los forenses le dijeron a hombre que le entregarán los restos de su hijo en dos semanas.
Omar Mora, hermano de Alexander, dijo que no aceptaba completamente la idea de que esté muerto.
“Nosotros no llegamos a la resignación todavía de aceptar que él está muerto”, comentó. “Tenemos la esperanza que los chavos tengan otra suerte”, añadió sobre los otros compañeros de su hermano.
Murillo anunció el 7 de noviembre por primera vez que habían encontrado cenizas y algunos restos y que los tres sicarios habían declarado que los redujeron a cenizas.
Pero la macabra historia, sin testigos y apenas sin rastro de los 43 jóvenes, hizo que los padres rechazaran esa versión y que reclamaran la búsqueda con vida de sus hijos.
Los padres de los desaparecidos marcharon el sábado con miles de personas en una manifestación organizada con antelación en la Ciudad de México, descendiendo de los autobuses con el rostro sombrío. La mayoría declinó hablar con los reporteros.
“Los padres no vamos a descansar hasta hacer justicia”, dijo Felipe de la Cruz, padre de un estudiante de la escuela.
“Si piensan que con uno confirmado nos vamos a quedar a llorar se equivocan”, añadió, y dijo que mantendrán la búsqueda de los 42 restantes.
Los estudiantes desaparecieron el 26 de septiembre luego de varios ataques de la policía local contra los jóvenes, en los que murieron tres alumnos y tres civiles más en la localidad de Iguala, al sur de la Ciudad de México.
Murillo Karam ha dicho que fueron atacados por la policía por orden del entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, que después fue detenido cuando estaba prófugo. El caso forzó la dimisión del gobernador de Guerrero.
El caso ha causado una gran conmoción, tanto en México como en el extranjero, dado que los estudiantes desaparecieron a manos de un gobierno local corrupto y las autoridades federales tardaron 10 días en intervenir.
Decenas de miles de personas han tomado las calles en las últimas semanas con gritos de justicia y, cada vez más, exigiendo la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto. El caso se ha convertido en un símbolo de los abusos de autoridad y la corrupción en el sistema mexicano y a los que se enfrentan de forma cotidiana todos los mexicanos.