AFP.-Una polémica reforma energética que abriría el sector energético de México al capital privado avanzó en el Congreso con la aprobación en el Senado del proyecto, que además propone sacar del Consejo de Administración de Pemex a su poderoso sindicato.
La reforma energética fue aprobada por los senadores en lo general en la madrugada del miércoles con 95 votos a favor y 28 en contra -en su mayoría de legisladores de izquierda- pero los senadores continuaron discutiendo en el Pleno en lo particular decenas de reservas hechas por los izquierdistas Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Partido del Trabajo (PT).
Finalmente el “Senado de la República aprobó en lo particular y en lo general el proyecto de decreto que reforma diversos artículos de la Constitución en materia energética y lo remitió a la Cámara de Diputados”, indicó ese recinto legislativo en un comunicado.
La reforma contempla abrir al capital privado, tanto nacional como extranjero, mediante contratos, actividades que hasta ahora han sido potestad de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), como la exploración y extracción de crudo.
La reforma fue aprobada por el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN, conservador) -que juntos tienen dos tercios de los escaños del Senado- con el rechazo rotundo del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda), la tercera fuerza política.
La reforma plantea “un nuevo modelo que conjugue seguridad energética, autodeterminación y el ejercicio tangible de la soberanía nacional”, dijo David Penchyna, senador del PRI y presidente de la Comisión de Energía, quien reiteró que la ley mantiene la prohibición de otorgar concesiones a particulares en la explotación de crudo y gas.
También propone eliminar la representación del sindicato de Pemex -cuya dirigencia ha sido acusada de financiar campañas presidenciales- del Consejo de Administración de la empresa estatal.
“No estará (el sindicato) en el Consejo, pero sus derechos no serán afectados”, dijo Penchyna a la prensa.
Durante el debate, los senadores del bloque de izquierda leyeron ante el micrófono de la tribuna el discurso que en 1938 pronunció el entonces presidente Lázaro Cárdenas, al decretar la nacionalización del petróleo, una fecha emblemática para los mexicanos.
El senador Alejandro Encinas, aseguró que la reforma representa “una contradicción entre los viejos liberales y los conservadores”, entre los que ven “en la riqueza del país una posibilidad de acumulación y quienes vemos la posibilidad de la distribución del ingreso para el beneficio de la población”.
Con la reforma, el PRI y el PAN han dicho que buscan la modernización de Pemex, que ha enfrentado una drástica caída de su producción de crudo desde los 3,4 millones de barriles diarios de 2004 a los 2,5 millones registrados durante el tercer trimestre de 2013.
El Congreso mexicano tiene hasta el próximo domingo -día en el que concluye el actual periodo legislativo- para que la reforma sea aprobada este año.
En caso de hacerlo, sería la sexta de gran calado que se aprueba en el primer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, del PRI.