Opinión por Zul de la Cueva
Ahora en Guadalajara el tema en boca de todos es la regidora con licencia y boca de verdulera Elisa Ayón, esto porque en recientes grabaciones se descubrió que es costumbre de la mujer extorsionar empleados, poner y quitar personal, pedir dinero a comerciantes para quitar ambulantes, afirmar que en su territorio nada pueden ediles y además asegurar que trabaja para un oscuro personaje llamado “el Patrón”.
Elisa, en sólo tres años compró 9 propiedades que en total valen 6.8 millones de pesos. Esto es raro porque entre 2010 y 2013, sus ingresos reportados suman solamente 3.6 millones de pesos.
Hace tres años, antes de tomar protesta como diputada local, Elisa Ayón era propietaria sólo de una casita de una planta y 92 metros cuadrados de terreno en Villas del Estadio, que adquirió con un préstamo de Pensiones del Estado en 1998.
La verdad yo no sé que les asusta de los nada impresionantes bienes adquiridos por 6.8 millones de pesos de Elisa, porque comparada con otros muchachos, hasta se ve mala y poquitera para robar y digo robar a menos que exista otra explicación para el aumento de su patrimonio, un milagro de navidad por ejemplo.
Usted tal vez recuerde al ex diputado local Hugo Argüelles Basave que “le renta” una mansión en Valle Real de 10 millones de pesos a un señor que no existe de nombre Juan Coker García.
Debido a que la mansión presenta una serie de fallas jurídicas que impiden comprobar su procedencia legítima hay una denuncia contra Argüelles todavía sin resolver, presentada por la Fundación Find bajo los cargos de asociación delictuosa, enriquecimiento ilícito y falsificación de documentos.
En 2009 Argüelles autorizó pagar 10 millones 800 mil pesos a la empresa Publicidad y Diseños Impresos del Río, la cual según la denuncia no existió ni entregó los recibos comprados. ¿Ya ven? 6.8 millones son migajas.
Se acordará tal vez de la famosa partida ocho mil del Congreso del Estado de la que en 2007 se emitieron dos cheques a nombre del entonces coordinador de los diputados del PAN, Jorge Salinas Osornio, que sumaban 2.9 millones de pesos; uno a nombre de Samuel Romero Valle, del PRD, por 409,684 pesos; 4 para Luis Manuel Vélez Fregoso, del Verda, por un millón de pesos; cuatro para Óscar Díaz Medina, del Partido Nueva Alianza, por 983,200 pesos, y cuatro para Alfredo Zárate Mendoza, del PT, por 1.1 millones de pesos y de los que no se comprobó un centavo.
Lo que quiero decir es que el robo en despoblado y la impunidad son la norma y no la excepción, que el escándalo de Elisa es eso, un escándalo que si no va a ninguna parte, que si no finca responsabilidad alguna, garantiza que sigamos comprando muchas, pero muchas mansiones mas.