La Pluma Crítica por Edel García
Luego de la línea que ha estado planteando el Gobernador Aristóteles Sandoval acerca del Plan Estatal de Desarrollo, las urnas electrónicas, internet gratis y transparencia pública todos han seguido el camino. Al parecer, luego de no tener esperanza de un rescate o una ayuda financiera por parte del Estado ahora es posible, al menos en palabras. Lo que queda es alinearse.
La postura que asume el alcalde Ramón Guerrero es de transparencia. Si el gobernador quiere hacer de Jalisco el más desarrollado, pues Mochilas quiere hacer de Puerto Vallarta el más transparente y activo posible.
Meta que ni siquiera incluye un entrenamiento al cuerpo edilicio porque al parecer le conviene un Ayuntamiento donde se vote dos o tres veces cuando no se ha entendido un punto y se vota “mal”. Donde se empezó siendo el Municipio con la más alta nómina del estado y las arcas en el piso. Pero todo es posible si se quiere cambiar la historia, ya hay un premio Tlatoani y es algo.
Lo extraño es que se pretenda aspirar a tener el mayor modelo de transparencia del país y no se quiera empezar por la región por el aquello de la competencia. Ahora todas las dependencias de la comuna deben subir la información de sus actividades a Internet para que tanto los ciudadanos como los medios tengan la información. ¿Acaso no había que hacerlo desde un principio?
El discurso casi es calcado a las posturas de Aristóteles Sandoval. Impulsar acciones de participación social como el Presupuesto Participativo y la propuesta de contar con una contraloría social que revise la evolución de las obras públicas en cada una de las colonias. Además cuidará que lo que se dice en el discurso se haga en la realidad.
De todos modos al parecer como se habla de transparencia no toda la información que se verá será la que suceda porque eso ningún político lo hará jamás. Las apariencias son el mejor regalo de navidad que un funcionario dará al pueblo, hacer sentir que todo está bien a pesar de que no sea así.
Al menos hubo una seria modificación de la página oficial del Gobierno de Puerto Vallarta. Varios accesos con elementos que antes no estaban y una extensa dedicación a la postura del modelo de transparencia. Bueno, es algo positivo porque mejor es algo que nada. Tal vez la parte más dura que le tocó al alcalde asumir es la de los despidos o cambios como él les llama.
No son coherentes tantos señalamientos en un área, con sus medidas de renovación y sensación de transparencia. Máxime cuando los trata de ciclos que se cumplen y deben ser sustituidos por “nuevos ciclos” como en el caso del jefe de Reglamento Cuauhtémoc Villalobos.
La verdad es que la gota que colmó el vaso fue en la Semana Santa y Pascua donde el Malecón y algunas playas fueron una barra abierta con puestos semifijos de cerveza. Algunos de los cuales eran de propiedad de regidores y fueron “protegidos” contra las prohibiciones establecidas. Además, había quejas sobre el proteccionismo de inspectores a ediles del Movimiento Ciudadano.
La noticia es que continuarán los cambios y el ciclo del modelo transparente va en serio.