Elba Esther Gordillo, de 68 años, líder del poderoso sindicato mexicano de maestros, fue hasta su detención el martes, una temida y odiada figura que se colocó en el primer plano de la política mexicana.
“La Maestra”, como todos la conocen en México, fue detenida el martes en el aeropuerto de Toluca, a 67 km de la capital, por el desvío de unos 2.000 millones de dólares de dos cuentas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que ella dirige con mano férrea desde hace 23 años.
Nacida en una comunidad rural de Chiapas (sureste) y huérfana de padre desde los tres años, escaló en el mundo magisterial desde muy abajo. Fue maestra y mesera a la vez, para convertirse en la década de 1980 en compañera y cercana colaboradora del entonces líder del gremio, Carlos Jonguitud Barrios, contra quien sin embargo operó, la acusan sus detractores, para defenestrarlo en 1989, asumiendo su cargo.
Este sindicato de unos 1,4 millones de miembros, al igual que otros gremios mexicanos, fue durante muchos años pilar del sistema corporativista que construyó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó el país entre 1929 y 2000, regresando al poder en diciembre pasado.
Al frente del Sindicato, considerado el más grande de América Latina, Elba Esther fue en varias ocasiones senadora y diputada por el PRI.
Gordillo, maestra de profesión y madre de dos hijas, llegó a ser secretaria general del PRI entre 2002 y 2005, y líder de la bancada de ese partido en la cámara de Diputados, de donde salió confrontada con sus compañeros de partido, especialmente con Emilio Chuaffet, actual ministro de Educación.
Esta mujer, criticada por su dispendioso tren de vida pero hábil para leer los tiempos de la política, se acercó en 2000 el expresidente Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN), y después creo su propio partido, con el que se hizo de un grupo de poder dentro de las cámaras de Diputados y Senadores, donde una de sus hijas ocupa un asiento.
Ha llegado a ejercer tal poder que en su momento se afirmó que logró inclinar la balanza para dar un estrecho triunfo de menos de 1% a Felipe Calderón, del PAN, para la presidencia 2006-2012.
La fortuna de Gordillo tiene un origen: las cuotas de los trabajadores de la educación. El monto de estas aportaciones nunca ha sido público, pero el ex canciller Jorge Castañeda, un cercano amigo de la líder, escribió en julio de 2011 en su columna en el periódico Reforma que asciende aproximadamente a 10 millones de dólares mensuales.
Las investigaciones contra Gordillo se iniciaron desde la Unidad de Inteligencia Financiera de la secretaría de Hacienda, que detectó desvío de fondos de dos cuentas bancarias del sindicato por unos 153,8 millones de dólares para adquirir al menos dos casas en San Diego, California, así como para pagos millonarios a una tarjeta de crédito a nombre de Gordillo.
Los fondos desviados también terminaron en pagos para una lujosa tienda departamental, liquidaciones en clínicas de cirugía estética en Estados Unidos y diversos vuelos privados, en los que solía trasladarse Gordillo, así como en obras de arte.
El procurador General de la República, Jesús Murillo Karam descartó el martes que la detención tenga tintes políticos y dijo que solo se trata de la punta del iceberg porque aún falta mucho por investigar.
Gordillo “es excepcionalmente seductora como política y excepcionalmente leal como amiga. Representa el epítome tanto de la debilidad como de la vigencia de la creatividad política mexicana, gracias a la vez a su terrible reputación y a sus ideas sorprendentemente modernizadoras y democráticas”, escribió en 2011 Castañeda.
La pérdida de fuerza de La Maestra se empezó a vislumbrar en diciembre pasado cuando el Congreso mexicano aprobó una reforma constitucional a la ley de educación que busca condicionar la contratación y promoción de los maestros a su buen desempeño, una medida que rechaza el sindicato del gremio, que controla la adjudicación de las plazas de maestros.
El 6 de enero pasado, día de su cumpleaños, ella presintió su final, cuando en su último discurso público dijo que quería que su epitafio dijera: “Murió como una guerrera”.
Sus detractores la acusan de convertir al gremio en un botín político, sin atender la calidad de la educación, en un país en el que solamente 64% de los niños termina la escuela primaria, 51% la secundaria y apenas 27% concluye el bachillerato, según cálculos de ONG que toman diferentes datos oficiales.
“Sé de mi mala fama… Pero, lo crean o no lo crean, mi causa es México”, se defendió Gordillo en 2011 en una entrevista con el periódico El País.
Elba Esther Gordillo, de 68 años, líder del poderoso sindicato mexicano de maestros, fue hasta su detención el martes, una temida y odiada figura que se colocó en el primer plano de la política mexicana.
Elba Esther Gordillo, de 68 años, líder del poderoso sindicato mexicano de maestros, fue hasta su detención el martes, una temida y odiada figura que se colocó en el primer plano de la política mexicana.
AFP