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Ladrón confeso en Paraguay dice que repartió su botín entre los pobres

viernes, 22 de febrero del 2013

 

Un empleado de una empresa de seguridad que desapareció con casi medio millón de dólares y 30 horas después se entregó a la Policía paraguaya, con apenas 200 dólares en el bolsillo, dice haber repartido el “botín” entre los pobres.

“Robé al ladrón”, declaró el chófer Carlos González poco después de entregarse a la Policía paraguaya, que lo buscaba desde que el martes por la tarde aprovechó la ausencia momentánea de sus compañeros para escapar con el furgón de caudales que manejaba.

Mientras tanto, el asesor jurídico de la empresa, José Domingo Almada, declaró a Efe que se trata de una “estrategia defensiva” obvia el pretender “erigirse en un Robin Hood moderno” que “en nada lo exime” de su responsabilidad en los delitos por los que la empresa ya ha presentado una denuncia penal.

González, que trabajaba en la empresa de transporte de caudales Prosegur desde hacía apenas un año, se personó en una comisaría de Villa Elisa (afueras de Asunción) la pasada madrugada, bien vestido con la “ropita” que, según declaró, se había comprado con parte del dinero robado.

De acuerdo con su versión, se llevó “solamente” una bolsa con 600 millones de guaraníes (unos 150.000 dólares) aunque según dijo podía haber sustraído todo el dinero que había en el furgón, que dejó abandonado y con el motor en marcha cerca de una terminal de autobuses el mismo martes.

Después buscó a su hermano y a su padre, pero no encontró a ninguno de los dos y comenzó su periplo en taxi para repartir el “botín”, según su relato a varias emisoras de radio asuncenas, desde la misma instancia policial.

Del bullicioso Mercado 4 asunceno se desplazó por Ypané, Capiatá, y San Lorenzo repartiendo fardos de 5, 10 o 15 millones de guaraníes y se quedó para sí el equivalente a 200 dólares, antes de entregarse para no hacer sufrir más a su esposa, explicó.
La empresa Prosegur, de capitales españoles, desmintió a González tanto en lo que se refiere a las condiciones laborales, según el ladrón confeso “inhumanas”, como en lo que atañe a la cantidad de dinero que robó.

Almada aseguró en el furgón abandonado se hallaron 4.450 millones de guaraníes (algo más de 1,1 millones de dólares) y que se pudo verificar documentalmente “que el importe faltante llega sin lugar a dudas a 1.850 millones” (unos 470.000 dólares).

González fue denunciado por hurto agravado y lesión de confianza, delitos por los que, según Almada, puede ser condenado hasta a diez años de cárcel.

El ladrón confeso fue trasladado de la comisaría de Villa Elisa hasta el Departamento de Delitos Económicos en Asunción, donde quedó detenido, dijo a Efe un portavoz policial.
En una entrevista que le hizo ya detenido Radio Ñandutí, González afirmó que la empresa no paga a sus trabajadores “lo que corresponde” y les hace trabajar más de 12 horas -a veces hasta 18, dijo- por un salario de 2,5 millones de guaraníes (630 dólares).

“Ellos nos roban a nosotros. Trabajamos día y noche, prácticamente no tenemos tiempo de descansar (…) De la cama al trabajo, esa es nuestra vida”, se lamentó y alentó a sus compañeros “a que se manifiesten y sus derechos sean escuchados”.

Almada lo rebatió: “Prosegur cumple al 100 por 100 con todas las normas” del Código Laboral y recientemente el Ministerio de Trabajo constató, tras una inspección, que también observa “todas las normas de salubridad y seguridad”.

Esta empresa ha tenido un año de conflictos con su plantilla en Paraguay, con una larga huelga en julio pasado de unos 200 trabajadores del área en que trabajaba González, seguida del despido masivo de los huelguistas, según denunciaron los sindicatos.

Con una plantilla en torno a 1.100 personas y medio millar de clientes, la empresa española inició sus actividades en Paraguay en 1980 y tuvo en 2011 una facturación de casi 40 millones de dólares, lo que la sitúa como la primera del sector en el país.

El martes, tras hacerse público el robo, la esposa y el suegro del chófer fueron retenidos unas horas e interrogados, después de que la Policía los sorprendió saliendo con maletas de su domicilio en Villa Elisa.

La mujer, que también se prodigó con las cadenas de radio, pidió al esposo que se entregara y supuso que había sufrido “un cortocircuito” para hacer lo que hizo.
No es el primer caso de un empleado de Prosegur-Paraguay que se da a la fuga con una buena suma: desde 2009 está fugado el ladrón de un millón de dólares que robó de un blindado en Ciudad del Este.

Y hace una década fueron 16 millones de dólares los sustraídos -y nunca recuperados- en otro robo en pleno traslado de caudales de un furgón a un avión en el aeropuerto de Asunción.

EFE

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