Por Hugo Lynn Almada
Desde que Javier Bravo pidió un crédito de 400 millones de pesos para rehabilitar las calles de la ciudad, la espiral de la deuda ha ido en aumento. Nadie sabe en realidad cuánto se debe, ni a quién, ni cómo.
Antes del fin de semana, Ramón Guerrero dijo que la deuda es en el orden de los tres mil millones de pesos. La escandalosa cifra equivale (más o menos) a tres años del presupuesto anual del municipio. Se lo pongo más claro: si Guerrero Martínez decidiera destinar todo el recurso del Ayuntamiento para pagar la deuda se podría ir a su casa a dormir, porque no alcanzaría para nada más.
Puerto Vallarta exige más que eso: no se puede ser tan irresponsable como para destinar todo el recurso para cubrir los pasivos, como tampoco se puede ser tan irresponsable como para dejar de cubrir los pagos a las instituciones crediticias. Debe pues, hacerse un ejercicio en el que la comuna cumpla con todas sus obligaciones, que van desde el pago de la nómina municipal, hasta la prestación de los servicios básicos.
Ramón Guerrero asegura que ahora pedirá un nuevo préstamo, esta vez al gobierno del Estado, por un total de 300 millones de pesos. Se tiene que transparentar el uso de ese recurso, pues lo que no se vale es abrir un hoyo para tapar otro.
A mí entender, hay tres derroteros que deben cumplirse a la brevedad:
Primero: Guerrero Martínez y quien sea su encargado de finanzas deben de fincar responsabilidades en contra de los culpables del quebranto a las arcas. Si la deuda es de tres mil millones, que identifique en qué rubros se tiene, se transparente y se negocie con quien se pueda.
Segundo, el alcalde y su Ayuntamiento deben definir un plan de gobierno para la emergencia económica, en el que lo mismo debe asegurarse la disminución en el gasto de nómina e irreductibles, como la inversión en rubros básicos como prestación de servicios y seguridad.
Tercero: se debe evitar la contratación de nueva deuda. Si antes se pudo trabajar sin deuda, si hubo manera de llevar las finanzas del municipio a su mejor estado de salud ¿por qué ya no podría hacerse?
El problema no es solo de Guerrero, es un problema de todos. Los ciudadanos debemos entrar en un estado de compresión y conciencia para saber que lo que nos espera son años de limitaciones y pocas obras.
MANCHÓN PENAL
El Ayuntamiento no está ni para aviadores ni para regalar materiales de construcción. Por ahí podría empezar.