Leticia Arana
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Olor de maderas, jazmines, gardenias, corbatas de estreno, zapatos charoleados o desempacados y peinados de salón, se convirtieron en el mejor grito; sustrajeron las miradas e hicieron voltear a cuantos asistimos a la toma de protesta de la LX Legislatura de Jalisco; las causantes: cuatro sensuales diputadas de diez que se integran a esta diversa y colorida bancada de 39 legisladores propietarios, dispuestas a marcar diferencias o adornar efectivamente sus curules.
Más que mostrar convicción, el protocolo se convirtió en una singular pasarela que mantuvo por supuesto muy atentos a los varones. Las diputadas en cuestión, concretamente las panistas, Norma Angélica Cordero Prado, Gabriela Andalón Becerra y Mariana Arámbula, en especial esta última, bofeteando la sobriedad, arribaron ataviadas con coquetos y sugerentes vestidos que cumplieron su misión: delinear una atrayente anatomía. La pregunta obligada sería entonces, ¿ podrán estas lucidoras diputadas trabajar y dejar trabajar sin inquietar a más de alguno de sus compañeros , que dicho sea de paso, para esta ocasión, se esforzaron por mantenerse, a fuerza de la seriedad del evento, casi imperturbables.
En su caso, la priista, Bertha Yolanda Rodríguez Ramírez, entonó su mensaje “ volteen a ver” con una exuberante flor del tono de su ajuar, que colocó coquetamente en la cabeza, mientras que la también tricolor, Idolina Cosío Gaona, apenas si robó el reflector. El hecho es que los flamantes legisladores y legisladoras, ahora si puntuales y sin excepción, exhibieron singular alegría al colocarse en sus respectivos lugares para las sesiones ordinarias que contemplará el período 2012-2015, si esto no obliga, claro, a más de dos o tres, a dejar anticipadamente el encargo representativo, para saltar a otro puesto de elección popular, como ocurre cada que se asoma un proceso electoral.
Podrán revertir la deplorable concepción o desprestigio que dejan sus antecesores? … existe un desfalco mayúsculo que cínicamente maniobraron los de esta 59, incapaces de ocultar-a todos consta- un afán codicioso, privilegiando excesos, influyentismo partidista y nepotismo. La insolvencia acrecentada por el mal manejo administrativo, que según afirmaba el galeno perredista, Raúl Vargas, arrastraron de la 58, se convertirá, sin duda, en el mismo guión de la 60. El desparpajo y complicidad tanto masculina como femenina se habrá de perpetuar, en aras de no traicionar principios de un frente político que los apoyó-catapultó- para ganarse su asiento en el Congreso; los hechos sin duda sepultarán promesas y entusiasmados discursos.
La factura que deja la deuda de 300 millones de pesos, el desorden sindical, la opacidad y el fantasma de un auditor omnipotente e intocable, seguirán como una pesadilla impune, así como la impotencia social, muy proclive a sumar irritabilidad ante un esquema que se mofa del pueblo. En este contexto jalisciense, las y los nuevos legisladores, hacen su fastuosa entrada, visualmente sonora, disimulando ingenuidad – al menos así lo perfilan las féminas y uno que otro cuidadoso de su “ look”, pues sin mucho esfuerzo consolidarán otro circo político, difícilmente salvable con todo y que puedan fluir brillantes iniciativas y leyes nuevas. La farándula y pleito legislativo se aprontan a regalar inéditos capítulos; preparemos palomitas y refresco.