Leticia Arana
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Guadalajara, Jalisco
Tras el reciente hallazgo de “narcofosas” en una localidad denominada Palo Gordo del municipio de Zapopan, de las que extrajeron ya, los cuerpos de nueve personas, el Comisionado Estatal de Seguridad Pública, Alejandro Solorio Aréchiga, argumenta que esto no es sino un mensaje de represalia entre grupos o cárteles en pugna, por la detención de tres de sus vendedores de droga, cuyos nombres son: José Francisco Villa Alonso, Héctor Gustavo Arellano Ortiz y Domingo Daniel Peña Rodríguez, los cuales distribuían enervantes en Tesistán, y Santa Lucía.
“…lo que sucede con esta células, se nos ha estado informando , es que actúan de ,por células en donde unos llevan a cabo una privación de la libertad, otros cuidan a las personas, otros se encargan de privar de la vida y otros se encargan de enterrar…”
En ese mismo sentido, Solorio Aréchiga, sostiene que el narco cementerio zapopano, no tiene ninguna conexión o relación con el de La Barca, de donde fueron exhumados 67 cadáveres.
Por su parte, analistas jurídicos, indican que este hecho y las inconsistencias y opacidad de la fiscalía estatal, demuestran el grado de descomposición y los ineficientes operativos para suprimir el avance de los grupos delincuenciales ligado al crimen organizado y el narcotráfico en Jalisco, donde, aunque lo nieguen las autoridades, han sido rebasados todos sus esquemas de contención.