AFP/Redacción.-La tormenta tropical Octave se debilitaba este lunes en su camino hacia Baja California Sur, un turístico balneario del noroeste de México que ya sufre los efectos de fuertes lluvias, mientras la recién formada Priscilla se fortalece en su paso por el Pacífico, informaron fuentes oficiales.
“La tormenta tropical Octave se debilita ligeramente”, una tendencia que se prevé perdure durante “las próximas horas”, a medida que el fenómeno meteorológico se acerca a costas occidentales de Baja California Sur, informó el mexicano Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en su reporte de las 3 de la tarde. Octave se encontraba a 390 km al oeste de Cabo San Lucas.
Pero esa distancia no impidió que la tormenta, que se desplaza hacia el norte con vientos de hasta 95 km/h, provocara fuertes lluvias en la región desde la noche del domingo, originando el desbordamiento de arroyos, olas de hasta cuatro metros y caos vehicular en algunas vías.
Así, las autoridades de Los Cabos anunciaron la suspensión de las clases en todos los niveles educativos y el cierre de los puertos a embarcaciones menores de 50 toneladas.
El director de Protección Civil de Baja California Sur, Carlos Miguel Enríquez, adelantó a la televisora Milenio que Octave podría llegar a tierra el martes pero “no como tormenta, ni depresión, sino solo como remanente”.
Sin embargo, se estudia una “posible evacuación, sobretodo al norte del estado”, añadió.
En tanto, habitantes de asentamientos irregulares de Los Cabos intentaban resguardar sus precarias viviendas con barricadas de costales de tierra.
Por otro lado, la tormenta tropical Priscilla que se originó la madrugada de este lunes también en el Pacífico “continúa su desplazamiento hacia el norte y fortaleciendo sus vientos”, indicó el SMN, que precisa que “en este momento el sistema no afecta al territorio” mexicano.
El fenómeno se localizaba a 1.030 km al suroeste de Cabo San Lucas y se desplazaba hacia el norte a 17 km/h con vientos de 75 km/h, añadió la misma fuente.
Hace un mes, dos fenómenos meteorológicos que alcanzaron la fuerza de huracán, Manuel e Ingrid, azotaron México de forma casi simultánea por ambas costas, dañando dos tercios del país, principalmente el estado de Guerrero.