El presidente de México, Enrique Peña Nieto, y los mandatarios de Centroamérica celebran este miércoles, en Costa Rica, una cumbre que tiene en primer plano la incontrolable violencia del crimen organizado que desangra a la región, más allá del reforzamiento de la relación económica y comercial.
En su primer viaje desde que tomó el poder en diciembre, Peña Nieto asiste a la reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), con la notable ausencia del presidente de El Salvador, Mauricio Funes, y la incierta participación del mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, que mantiene una tensa relación con el gobierno de Costa Rica.
A la cita en un hotel josefino, cuyo inicio está previsto para las 16H30 GMT, confirmaron su asistencia los presidentes Otto Pérez (Guatemala) y Porfirio Lobo (Honduras); en tanto que es casi segura la participación de Ricardo Martinelli (Panamá).
Peña Nieto, quien cumplió el martes una visita bilateral a Costa Rica, adelantó en San José que buscará con sus colegas de Centroamérica “fortalecer los vínculos de amistad, la relación comercial y promover la integración mesoamericana”, y la cooperación en seguridad regional.
— Violencia sin fronteras —
La región mesoamericana (México y Centroamérica) comparte la reciente historia de violencia en una guerra frontal, impulsada por Washington, contra la expansión de los poderosos carteles mexicanos de la droga, como Los Zetas, el del Golfo y el de Sinaloa, que en Centroamérica establecieron vínculos con las pandillas y bandas de narcotraficantes locales.
“Centroamérica y México deben trabajar juntos en la atención de la violencia y la delincuencia transnacional”, afirmó el gobernante mexicano ante l Congreso costarricense la noche del martes.
El narcotráfico hizo de la empobrecida región de Centroamérica, que hasta no hace mucho sufrió décadas de guerras civiles, la zona sin conflicto bélico más violenta del mundo, tras la ofensiva militar antidrogas lanzada por el anterior gobierno mexicano de Felipe Calderón, que ha dejado en México unos 70.000 muertos desde 2005.
La violencia afecta principalmente al llamado Triángulo Norte: Honduras, convertida por los narcotraficantes en enorme aeropuerto clandestino; Guatemala, que sufre sobre todo la penetración del más sanguinario de los carteles, Los Zetas; y El Salvador, que recién vive un descenso en el crimen con una tregua entre pandillas.
Por México y Centroamérica, según informes de Washington, pasa un 90% de la cocaína que es enviada de Suramérica a Estados Unidos -máximo consumidor de esa droga en el mundo- lo que hace necesaria la máxima coordinación entre los países centroamericanos y México, destacó el canciller costarricense Enrique Castillo.
En diferentes foros internacionales, más recientemente en el de Davos y en la cumbre latinoamericana (Celac) en Santiago, el presidente guatemalteco ha insistido en la necesidad de promover un cambio de estrategia en la lucha contra las drogas, al considerar que la represiva, impulsada por Washington en las últimas cuatro décadas, fracasó: la región pone los muertos y el negocio sigue floreciendo.
Peña Nieto ha prometido un cambio de estrategia a través de una mejor coordinación y un mayor trabajo de inteligencia, pero decidió mantener a las Fuerzas Armadas en el combate antidrogas, y, sin opinar sobre una despenalización -propuesta por Pérez- dice estar a favor de un debate hemisférico sobre la efectividad de la actual orientación.
Según Castillo, los mandatarios también discutirán el sensible tema del tráfico de personas, pues unos 140.000 centroamericanos, según datos oficiales, ingresan cada año a México ilegalmente con la esperanza de cruzar a Estados Unidos en pos del “sueño americano”, y en el camino muchos son víctimas de robos, secuestros, violaciones, extorsiones y asesinatos por parte del crimen organizado.
— Asociación estratégica —
Pero el gobierno de Costa Rica está empeñado en que la agenda de la relación entre México y Centroamérica no sea absorbida por los asuntos de seguridad, afirmó el martes la presidenta Laura Chinchilla.
Sobre la mesa de diálogo estarán los temas de comercio y cooperación en áreas de transporte, energía y ambiente, que se enmarcarían en un Acuerdo de Asociación entre México y Centroamérica.
México, un mercado de 115 millones de habitantes, y Centroamérica, de unos 45 millones, firmaron un TLC que unificó los que tenía ese país con Costa Rica desde 1995, Nicaragua desde 1998 y el grupo CA-3 (Honduras, El Salvador y Guatemala) desde 2001.
“Estamos en un momento propicio para potenciar las fortalezas y bondades que la región tiene”, destacó en San José el mandatario mexicano.
El comercio entre México y Centroamérica alcanza los cerca de 8.200 millones de dólares, cifra que quintuplicó su valor en la última década, según datos de Secretaría de Economía mexicana.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, y los mandatarios de Centroamérica celebran este miércoles, en Costa Rica, una cumbre que tiene en primer plano la incontrolable violencia del crimen organizado que desangra a la región, más allá del reforzamiento de la relación económica y comercial.
AFP