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La pluma crítica por Edel García

Fin sin buen

miércoles, 21 de noviembre del 2012

 

 

Por Edel García

Dicen por ahí que las copias no son buenas. Sobretodo porque los que conocen de veras notan las diferencias y nadie quiere malas copias. Aunque habrá más de uno que se conforme, los que tienen dos dedos de frente saben que cada propuesta comercial tiene sus propias particularidades nacionales y sus exigencias de demanda. Lo del buen fin que tanta parafernalia despertó en estos días solo era una ilusión de lo que emula: propuestas americanas como el Black Friday pero en su versión más light.

Las bases

El buen fin como idea se origina en el Proyecto de Iniciativa México. Una especie de esfuerzo conjunto entre empresas y gobierno en favor de la reactivación económica a través del fomento del consumo. Un programa de origen gubernamental al cual se ha suscrito una gran cantidad de comercios, así como los medios de comunicación. Teóricamente, la finalidad es reactivar la economía por medio del consumo interno, y contrarrestar las pérdidas que se tienen por el denominado Black Friday (fecha que da inicio a la temporada de ventas navideñas en EEUU).

Lo malo de esto no es que se venda que los americanos han traspasado sus fronteras para comprar en México ante las propuestas dulces del buen fin sino que a nivel micro es todo lo contrario. El sobreendeudamiento de las personas por el apantallamiento de la publicidad es caótico. Mucho lamentarán la frivolidad de los productos en lugar de ocupar su dinero para mejores empresas.

Ya se sabía que varias tiendas lo que harían sería etiquetar al final del día, colocando un precio más elevado del usual y entonces con el porcentaje de descuento dar la imagen de que compras barato. Nada de eso, es una compra al precio de siempre, salvo en otros casos donde son productos que de por sí estaban obsoletos e iban a rebajarse de todos modos. Son estrategias viejas para no tener margen de pérdida. ¿Qué me cuentan de los que solo bajaron 5 o 10 pesos? Es que nos gusta vivir por los ojos a veces o como dicen en España: es para ir al baño y no echar gota.

Por qué no imitan los descuentos de los EUA como se ve en esas fechas por las familias trabajadoras haciendo verdaderos descuentos de un 70%. A pero eso del descuento del 50 o 60% jamás se vio, a lo sumo fue un 20 o 30% cuando más y con tarjetas de crédito participantes. Muy propio de empresarios ventajistas. La pregunta obligada recae en qué de aquellas personas que no usan tarjetas de crédito.

Pues para esas personas no hay meses sin intereses, les toca pagar de contado un descuento que aún existía como ha sido anteriormente y mucho después del buen fin. Pero nos toca vivir en una sociedad donde el consumismo es imperante y las fechas muy anunciadas como canto de sirenas por los regalos en compra.

Enhorabuena por los descuentos en viajes y entradas a teatros o cines. En horabuena por cosas sencillas donde ves que puedes costearlas sin que te pese después o que el banco te haga una de

las suyas. Viva con los ojos abiertos…deje de creer en Televisa y sus variantes, deje de prenderle velas a las grandes empresas que creyendo que les haces un favor yendo a comprar, solo te haces un dolor en la bolsa.

El chiste

-Toc toc toc -¿Quién es? -Santa….. -¡¡Santa Claus en marzo¡¡ -No bobito, Santander…venimos a cobrarte lo del buen fin.

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